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76 PABLO MARTÍN PRIETO El arranque de estas nuevas modalidades de reclutamiento a soldada puede simbolizarse en las reivindicaciones de la reunión de Cortes de Zaragoza que en otoño de 1283 forzaron a Pedro III a suscribir los capítulos del Privilegio General de Aragón. Entre éstos figuraban peticiones relativas a la estabilidad y condiciones de desempeño de las caballerías de honor, con la crucial adición: “que los ricos omnes de Aragon no sean tenidos por las honores nin por las tierras que tienen del seynor rey de servirlo por aquellas fueras de su seynoria ni passar mar”72, en transparente alusión al motivo concreto de preocupación: las guerras de Sicilia. El encadenamiento de sucesivas campañas militares “del rey” en escenarios del Mediterráneo, consideradas ajenas en principio al interés del reino, hará necesario el recurso a la contratación de contingentes militares por el sistema de soldada para poder llevarlas a cabo con garantías y fuerzas suficientes. Por la misma época, a iniciativa de las Cortes, se comenzarán a cobrar subsidios extraordinarios votados en las mismas para substituir las viejas cargas militares foreras, como los servicios de hueste y cabalgada cuya concreción material se va considerando cada vez más impracticable (las Cortes de Zaragoza de 1290 acuerdan con Alfonso III un subsidio de este tipo, por tres años73). Ambos fenómenos testimonian el comienzo de una nueva época en que las distintas modalidades de reclutamiento van a ir cediendo terreno en beneficio del servicio militar voluntario a soldada (profesionalización). Tras algunos precedentes parciales, el primer ejército reclutado íntegramente de esta forma es el que el infante Alfonso lleva a la conquista de Cerdeña en 1323-132474. El reclutamiento a soldada generalizado conlleva un esfuerzo adicional de financiación y burocracia: de ahí el nuevo protagonismo que las distintas Cortes tendrán en el diseño, votación e implementación de subsidios extraordinarios concedidos a los reyes para sostener estas tropas cuando es o parece necesario, y el importante residuo escrito que de todo el proceso dejan los oficiales y organismos de la administración regia. Habrá, así, una proliferación de cartas y documentos administrativos de todo tipo relacionados con el reclutamiento y su financiación, junto con provisiones, normativas y reglamentos fijados por vía de ordenamientos del rey y de las Cortes. Las mencionadas campañas de Cerdeña necesitaron de contribuciones extraordinarias de las poblaciones catalanas, por ejemplo75. Las Cortes aragonesas 72  SARASA SÁNCHEZ, El Privilegio General de Aragón, p. 87: § 24. 73  SESMA MUÑOZ, “Guerra, ejército y sociedad”, p. 43. 74  ARRIBAS PALAU, A.: La conquista de Cerdeña por Jaime II, Instituto Español de Estudios Mediterráneos, Barcelona, 1952. 75  SÁNCHEZ, M.: “Contributi finanziari di città e ville della Catalogna alla conquista dell regno di Sardegna e Corsica (1321-1326)”, en Medievo. Saggi e Rasegne, 20, 1995, pp. 317-352. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2017, pp. 76-84. ISSN: 0482-5748


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