Armas y Cuerpos Nº 135 51 más de compañeros de armas, como era el saludo a los cabos de su compañía y a los sargentos de su regimiento, dados los largos años de convivencia que podían llegar a tener. Tengamos en cuenta que, entonces, el enganche era por seis años en tiempo de paz y cinco en el de guerra. Por otra parte, no hay que suponer que ese saludo “con la mano derecha llevándola al escudo de la gorra” se haría con las rigideces y precisiones actuales de ‘tiempo 1, tiempo 2’ y con la marcialidad actual. Para imaginar cómo sería el saludo militar en aquel siglo XVIII, basta con fi jarse en la ilustración de este artículo que muestra a los cazadores provinciales –que está fechada en 1830-, y con repasar antiguas fotografías de militares de principios del siglo XX en las que, apenas un siglo atrás, no se exigía la uniformidad en el saludo. Pues tanto menos se haría cuanto más nos remontemos en el tiempo situándonos en el nacimiento del saludo en 1768. Notas 1 “Los pliegues de la casaca” era la parte ligeramente posterior de esta prenda que, verdaderamente, formaba tres pliegues verticales, a cada lado, desde la cadera hasta el borde inferior. Cosas de la moda 1830.- Dos cazadores de la Guardia Real Provincial saludan a un capitán. Detalle de una de las láminas de la “Colección de uniformes del Ejército español” del teniente general Miguel de Ibarrola, marqués de Zambrano. Instituto de Historia y Cultura Militar
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