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BOLETIN INFORMATIVO SANIDAD MILITAR 32

2017 HISTORIA Y HUMANIDADES 23 herido que le avise el Cirujano Mayor haberle resultado accidente de medicina, sin dar motivo á disputas ni llevar más particular fin, que el importante de atender cada uno á lo que le corresponde, para lograr mayor beneficio en la salud del enfermo ó herido». Así mismo recalcan la observación de la máxima limpieza e higiene en un periodo en que todavía no se tenía conocimiento de la existencia de la asepsia y antisepsia: «Vigilará que las camas estén en las salas á debida distancia , no permitiendo por pretesto alguno que se aprosimen ó junten, ni que aunque el número de los enfermos sea excesivo, ni lleguen á usarse las de dos plazas, á menos que sea estrema la necesidad que hubiere de ellas; pues de cualquiera de estos dos perjudiciales abusos comúnmente se originan irreparables y gravísimos daños, por comunicarse de unos enfermos en otros los mismos accidentes con la maligna naturaleza porque los padecen, produciéndose epidemiales afectos». «Cuidará que las camas estén con el aseo y limpieza que es justo, y que se haga á la hora que es regular y se previene en la ordenanza y asimismo los lebrillos para vomitivos y demás utensilios con que se sirven los enfermos para su mayor consuelo y alivio». Lo que incluye la limpieza de todo material para la asistencia de los pacientes. El Cirujano Mayor también era nombrado por Su Majestad para servir este empleo en el ejército, como primero entre todos los de su facultad, y de él dependían los primeros ayudantes de Cirugía, los ayudantes del Cirujano mayor, los segundos ayudantes de Cirugía, el practicante mayor de cirugía y los practicantes de cirugía. Según consta: “Procurará no aprobar á ninguno de los sujetos que se propongan para entrar a servir de practicantes, á menos que sean capaz para ello y tenga la precisa circunstancia de haber servido tres años á lo menos bajo la dirección de algún Cirujano, según justificare por certificado del Maestro que haya tenido»...»por los graves inconvenientes que siguen de poner al ejercicio de practicantes muchachos que solo han sido aprendices en barberías». El Cirujano Mayor «...cuidará que alternativamente haga un practicante ó dos, según se necesitare, la guardia, sin salir de día ni de noche fuera del hospital. No consentirá que practicante alguno cure heridos de aquellos que en fuerza de la inteligencia y capacidad que haya reconocido en él le tenga señalados, como no sean amputaciones, mutilaciones de brazos y piernas, fracturas simples ó complicadas, y otras operaciones mayores y menores, porque estas las debe ejecutar por sí, para instruirlos en ellas, á fin de que teniendo mayor conocimiento en la facultad, se hagan aptos y suficientes para poder operar en los casos arduos lo que les mandare». «Y por lo preciso que es á los enfermos de medicina la asistencia de un practicante de cirugía, dispondrá que de mes en mes, ó según conveniere, y alternativamente, se destine uno para cada cuadra de medicina (5), á fin de ejecutar las sangrías y demás remedios que hubiere recetado el Médico, á quien debe seguir en la visita, y obedecer en cuanto ordene perteneciente á la mejor curación de los enfermos calenturientos». Y asimismo será obligación del Cirujano Mayor: «hacer todos los años un Curso de operaciones de cirugía y otro de disecaciones anatómicas en los cadáveres que murieren en el hospital; y por supuesto que el tiempo mas a propósito es desde principios de Noviembre hasta principio de Marzo, ejecutará en cada semana del referido intermedio dos operaciones de cirugía y dos disecaciones anatómicas, procurando enterar de uno y otro á los practicantes, y haciéndoles que lo practiquen en su presencia, de modo que lleguen á ejecutar por sí fundamentalmente todas las operaciones de cirugía y disecaciones anatómicas; y hasta que le conste de esperiencia que están prácticos de uno y de otro no les dará la fe de práctica ni certificación de haber practicado con él en el hospital». «Y por ser lo referido tan esencial para que á su tiempo haya en los hospitales de campaña buenos Cirujanos». Se nombran guardias de veinticuatro horas de presencia fija para Ayudantes de Cirujano Mayor, Segundos Ayudantes y Practicantes, siendo las del Cirujano Mayor y Primeros Ayudantes de Cirugía las localizadas y debían éstos acudir al hospital de plaza cuando se les llamase. Previenen las ordenanzas la necesidad de hacer sesiones clínicas entre los cirujanos: «Si para resolver lo que sea mas favorable á la curación de algún herido necesitare hacer consulta, lo prevendrá á los primeros ayudantes de cirugía, para que estos concurran á ella, citando la hora en que debe ser, y demás ayudantes de todas clases, que hubieren de asistir, para que exponiendo cada uno su dictamen con la atención que se requiere, sin porfiar, ni impertinentes altercados, se arreglen al sentir que les pareciere mas proporcionado; y cuando no se conformen, dispongan lo que juzgaren mas á propósito». En el caso del Hospital Militar en Campaña, el Cirujano Mayor nombrará, de los practicantes de más experiencia y capacidad que hayan en los hospitales de plaza (6), los que le parecieren a propósito para segundos ayudantes de Cirujano; en inteligencia que deberán ser, no tan solamente aptos en su profesión, sino también suficientes para ejercer estos empleos con la regularidad y régimen que se requiere, considerando que estén en proporción de número al que componga el Ejército en Campaña. El Cirujano Mayor debe seguir al General que mande el Ejército para hallarse pronto al remedio de cualquier accidente que sobrevenga. Regularmente Su Majestad nombra los Primeros Ayudantes de Cirugía y Ayudantes de Cirujano Mayor que han de servir en el hospital por ser sujetos en quienes, por razón de sus empleos, deben concurrir más circunstancias que en los demás. “En consecuencia de que la claridad y distinción con que queda prevenido Este libro es el objeto de mi estudio personal. El primer tratado de la obra versa sobre los Hospitales de Plaza y el segundo sobre los Hospitales en Campaña. 1844


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