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cial pasó destinado al Batallón Mecanizado, integrado en un equipo operativo, y tuvo la oportunidad de tener un primer contacto con los helicópteros «…durante los ejercicios que realizábamos con sparrows, inserciones, ejercicios de rapel, etc…». Más tarde pasó destinado a la Unidad de Seguridad de las Palmas de Gran Canaria (USCAN). ¿Tú también te sentías un piloto frustrado? La verdad es que siempre me había atraído el mundo de los aviones, pero para un infante de Marina era algo impensable, por lo que nada más salir esta Especialidad la solicité al ver que cumplía con los requisitos exigidos y que mi nivel de inglés era bastante bueno, así que opté y al final resulté apto para el vuelo. ¿Es muy exigente el nivel que piden de inglés? En un principio piden un 2-2-2-2-, que es el nivel funcional, pero con ese nivel realmente se tiene muy difícil entrar. Hace falta algo más para alcanzar el nivel necesario. Hay que tener en cuenta que tanto la comunicación con los mandos, como los manuales que se tienen que utilizar en este mundo aeronaval son en inglés. El hecho de ser los primeros suboficiales pilotos en la Armada ¿representa algún tipo de presión? El sargento Moncaleano responde que él lo asume «con mucho respeto, pero al mismo tiempo también con gran alegría». No cabe duda —nos dice— que entrar a formar parte de un Cuerpo con cien años de historia representa un gran orgullo y una responsabilidad; primero por mí mismo y después también por los compañeros, ya que hay muchos interesados detrás que nos preguntan acerca de esta posibilidad que se nos brinda; también recibes muestras de apoyo por parte de los suboficiales de Mantenimiento de la Escuadrilla. Así pues ¿creéis que esta semilla terminará por germinar? El sargento Acuña interviene: Yo estoy seguro de que sí, pues hay gente con mucha capacidad. La nueva Especialidad Complementaria de AVP para nosotros nos permite asumir nuevas responsabilidades y afrontar nuevos retos, con el reconocimiento que eso conlleva para la Escala de Suboficiales. ¿Habéis tenido que superar alguna dificultad una vez pasadas las pruebas del Curso? El Sgto. Moncaleano comenta: Puesto que somos los primeros de nuestra especie quizás el sentirte observado sea lo que peor se lleva, pero es normal por otro lado… Como todo cambio requerirá de un tiempo y de nuestra buena disposición para conseguir la normalidad en la integración en un ámbito hasta ahora reservado a los oficiales. Acuña añade: Sentimos el apoyo de toda la Escuadrilla; tanto de los suboficiales, como de los oficiales, y eso siempre ayuda. ¿Creéis que el Nuevo Sistema de Enseñanza, del cual ya vosotros sois una buena muestra de ello, ha favorecido en algo a vuestra capacitación para acceder a esta Especialidad? Moncaleano nos informa: Yo no creo que tenga nada que ver; sin embargo en mi caso he salido con el título de Técnico en Mantenimiento Electrónico y creo que es cierto que me ha ayudado para comprender algunos aspectos de la formación teórica del Curso; si bien, no es un requisito imprescindible. Por su parte, Aitor Acuña nos aclara que para él como infante de Marina no considero que el nuevo sistema de enseñanza sea fundamental; nosotros nos preparamos para actuar en tierra o para realizar ejercicios muy específicos con helicópteros, pero sí considero fundamental para el vuelo la coordinación; es decir, el ser capaz de compaginar varias acciones al mismo tiempo; saber abstraerte de lo que te rodea y concentrarte solamente en el manejo del aparato, mientras atiendes las indicaciones que recibes desde tierra, sigues los procedimientos de vuelo y, al mismo tiempo, manejas el aparato. A mí fue una de las cosas que más me costó. Moncaleano añade: yo considero también muy importante el factor psicológico para saber afrontar una emergencia con capacidad de concentración y autodominio. Ahora que ya formáis parte de este ámbito aeronaval ¿ha variado en algo vuestra consideración de la figura del piloto naval? Moncaleano interviene primero: Realmente yo no tenía un estereotipo formado del piloto naval más allá de mirarles con cierta admiración. Ahora lo que veo son personas que están sujetas a mucha disciplina, a quienes entusiasma volar y que se esfuerzan por fomentar un buen ambiente, tanto dentro como fuera de la cabina de vuelo. Acuña añade: En mi caso sí debo decir que les veía como miembros de una élite para mí inalcanzable. Ahora desde dentro creo que tienen bien merecida esta fama, ya que detrás de un mono de vuelo hay mucho trabajo, mucho dominio, mucha memorización, autocontrol, procedimientos muy exhaustivos… Y a la hora de volar es admirable esa forma de compartir lo que saben, de hacer «piña»… El título de piloto se valora muy alto por lo que ahora sabemos que hay detrás, y esto es justamente lo que hace que hoy nosotros nos sintamos orgullosos de formar parte de este mundo. Por otra parte, nosotros seguimos siendo los mismos sargentos, solo que ahora podemos llevar el helicóptero. También sabemos ahora que el personal de Mantenimiento es tan importante como el que pilota. Hay que tener en cuenta que por cada hora de vuelo el equipo de Mantenimiento empeña cuatro horas de trabajo del electrónico, mecánico, electricista y el aviónico; pero si en lugar de una hora de vuelo, el piloto hace cinco minutos, la diaria de Mantenimiento caduca y habría que invertir otras cuatro horas para que ese helicóptero pueda volver a despegar. El cómputo general es de diez horas de mantenimiento por cada hora de vuelo; por eso son tan caros los vuelos. Es más, si una aeronave no ha volado en 24 horas, se vuelve a pasar las cuatro horas de rigor de la «diaria». Y lo mismo sucede cuando la aeronave está embarcada; se hace exactamente igual, pero en este caso va un equipo de ocho personas, mientras que en las de otros países se requiere un equipo de personas mucho mayor. De ahí que no sea justo que el mérito se lo lleve sólo el piloto. Y eso lo sabes cuando estás dentro. BIP 39


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