Page 220

Revista Historia Militar Extra 1 2018

LOS LEGADOS PONTIFICIOS Y LA GUERRA EN LA PENÍNSULA… 219 “El obispo Pascual, siervo de los siervos de Dios, a los clérigos y laicos que habitan en el reino de Alfonso, salud y bendición apostólica. Hacéis un gran dispendio de vuestra salvación, porque despreciáis obedecer los preceptos de la Sede Apostólica. Ciertamente os hemos escrito en el pasado para que no abandonaseis, con motivo de la expedición a Jerusalén, vuestras tierras, las cuales son atacadas por frecuentes incursiones de moros y los moabitas. Pues no poco tememos para las tierras occidentales la tiranía de aquéllos a vuestra partida. Por lo cual nos, tanto a los clérigos como a los laicos de vuestras tierras que hemos podido ver, les ordenamos desistir del viaje jerosolimitano y volver a su patria, tal como nuestro predecesor Urbano había ordenado al arzobispo Bernardo de Toledo que llevara a cabo una expedición de este tipo, conmutado el voto con la restauración de la ciudad y la Iglesia de la ciudad de Tarragona ... Por tanto, a todos vosotros os ordenamos, una vez confirmada así esta doctrina, que permaneciendo en vuestras tierras combatáis a los moabitas y moros con todas vuestras fuerzas; con la ayuda de Dios, que cumpláis allí vuestras penitencias ...”83. En todo caso, aunque la conmutación del voto no fuera encomendada según el texto anterior (i.e., como aparece en la parte subrayada), parece plausible al menos considerar que la encomendación de la restauración de Tarragona a Bernardo de Toledo, como legado pontificio, pudo haber sido una realidad en tiempos de Urbano II84. Pascual II, además, había conocido de primerísima mano el asunto de la restauración de la Tarraconense, cuando, todavía como cardenal Rainerio, ejerció como legado a latere de Urbano II. Ello no significaría que el toledano llevase a cabo de manera efectiva tal restauración, como pretende Jiménez de Rada; pero es importante el matiz “de manera efectiva”, puesto que, si bien se ha demostrado que Tarragona no fue restaurada por la acción de Bernardo de Toledo, sin embargo, no puede demostrarse que no tuviera tal encargo ni que, teniéndolo, no tratase de desarrollarlo. Lo cierto es que al año siguiente del hipotético documento de conmutación del voto de cruzada, en diciembre de 1097, el arzobispo toledano intervino personalmente en sendos asuntos de la Tarraconense, a saber, en un pleito entre los obispos de Gerona y Barcelona, y en una investigación 83  TAMAYO SALAZAR, Juan, Anamnesis sive commemorationis, T. II, Lyon, 1651, p. 475. La versión de la Historia Compostellana no incluye el texto subrayado referido a Urbano II y Bernardo de Toledo. FLÓREZ, ES, XX, pp. 88-89, sitúa la carta en 1109. Trad. de F. Rodamilans. 84  MORERA LLAURADÓ, E., Tarragona cristiana..., T. I, p. 370. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2018, pp. 219-268. ISSN: 0482-5748


Revista Historia Militar Extra 1 2018
To see the actual publication please follow the link above