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Revista Historia Militar Extra 1 2018

290 IVÁN CURTO ADRADOS de Toledo destruyendo todos los días viñas y mieses y expulsando a los enemigos del territorio de los cristianos; pues bien, el obispo Rosendo, como, según ya dijimos, había nacido de estirpe real, se hizo cargo de las funciones regias en lo secular y de las episcopales en lo eclesiástico. Pero la misericordia de Dios, que no abandona a nadie que confía en él, lo protegió y le inspiró lo que había de hacer: liberó la patria portuguesa de la perfidia de los paganos y aseguró Galicia de la insolencia de los hombres del norte”90. El siguiente momento de tensión entre la iglesia y los vikingos se produciría ca. 1016. Tuy, que por entonces era un pequeño núcleo, sede episcopal, situado en una zona muy desprotegida de la margen norte del Miño, fue tomado por los vikingos y arrasado, como nos confirma un pergamino del 29 de octubre de 1024 atribuido al reinado de Alfonso V y su mujer Urraca: “Pero poco tiempo después, a causa de los crecientes pecados de los hombres, los normandos venidos del mar se multiplicaron, y desde entonces la sede de Tuy se tornó la última y más humilde de las sedes. Su obispo que allí moraba, junto con todos los suyos, fue conducido cautivo por esos mismos enemigos, y mataron a unos, vendieron igualmente a otros y redujeron la mismísima ciudad a la nada, la cual permaneció viuda y lúgubre durante muchos años”91. Durante años la historiografía ha especulado sobre la identidad de los vikingos mencionados en el documento. El eminente Dozy creyó ver al futuro rey Óláfr II de Noruega –San Óláfr– acaudillando a los piratas que depredaron el norte de Portugal y destruyeron el enclave tudense secuestrando al prelado del lugar, llamado Alfonso I92. Para sustentar su afirmación se basó en los relatos del islandés Snorri Sturluson, quien, un siglo después de la muerte del pirata-rey-santo, escribió que, tras servir como mercenario para el rey ingles Æthelred, Óláfr: 90  Ibídem, pp. 130-133. 91  Traducción del autor. “Post non longum uero tempus, crescentibus hominum peccatis, gens Leodemanorum pars maritima est dissipata, et quoniam Tudensis sedis ultima pre omnibus sedibus et infima erat, eius episcopus qui ibi morabatur cum omnibus suis ab ipsis inimicis captiuus ductus est; et alios occiderunt, alios uendiderunt necnon et ipsam ciuitatem ad nichilum reduxerunt, que plurimis annis uidua atque lugubris permansit”. Lucas Álvarez, Manuel: op. cit., doc, 64, pp. 153-154. 92  Dozy, Reinhart, P. A.: op. cit., pp.51-63. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2018, pp. 290-300. ISSN: 0482-5748


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