Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos n.º 12 - Año: 2018 - Págs.: 221 a 225 222 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 12 / 2018 Liderazgo y estrategia. Ambos términos refieren a conceptos de uso común y gene-ralizado, tanto en ámbitos militares como organizacionales. El estudio del lideraz-go ha interesado desde siempre a historiadores y científicos sociales. La obra del gran Max Weber, una de las bases sobre las que se ha construido la ciencia social moder-na, fundada ella misma en rigurosos estudios historiográficos, es un magnífico ejemplo de lo dicho. Antes de eso, el mismo asunto dio para mucho en los tratados de prudencia puestos de moda por escritores y pensadores como Maquiavelo o nuestro Baltasar Gra-cián, por solo dar dos nombres egregios. Y en nuestro tiempo el liderazgo ocupa inten-samente a consultores y formadores que desarrollan su carrera en el mundo empresarial. Entre tanto, sin ser lo mismo, en la milicia el ejercicio del mando ha propiciado el descu-brimiento de verdaderos líderes naturales y el desarrollo de pautas propias de liderazgo. Hasta el punto de que, hoy día, conocidos militares como los generales estadounidenses Petraeus y McChrystal (de nuevo, por no citar más de dos casos), hayan prolongado su carrera profesional, tras pasar a la reserva, consagrándose a escribir, impartir conferencias y cursos en los que procuran transmitir su experiencia como líderes y sus propias teorías sobre lo que el liderazgo significa y es o debe ser. El origen militar del lenguaje y los estudios estratégicos es bien conocido. Las pri-meras reflexiones conocidas al respecto se deben a profesionales o estudiosos de la mi-licia, lo cual no ha impedido que tanto la terminología como la doctrina estratégica se hayan aplicado luego a otros ámbitos, el político entre otros. De ahí ha derivado, por ejemplo, toda una amplia literatura vinculada a los estudios sobre gestión empresarial (management), que a su vez va trascendiendo a otras áreas de aplicación. Finalmente, se han dado diversos intentos de desarrollar en términos prácticos, e identificar y ex-plicar en términos teóricos, un liderazgo en el que pensamiento y acción revistan una orientación estratégica. Con lo que llegamos al asunto del libro que venimos a reseñar, Repensando el liderazgo estratégico, escrito por Federico Aznar Fernánez-Montesinos y publicado por la editorial Silex. El autor, oficial de la Armada, con muchos años de experiencia docente a sus espaldas, complementa su formación castrense con estudios sobre ciencia política y un vasto bagaje cultural, lo que justifican que él mismo escoja las palabras «militar» y «humanista» para calificarse a sí mismo. Y, en efecto, ese es el enfoque, no precisamente de moda, por cierto, que igualmente caracteriza a la obra, cuestión a la que luego volveré. Los objetivos explícitos del libro parecen ser esencialmente dos. Primero, «ofrecer marcos para la reflexión» acerca de la materia escogida (el liderazgo estratégico). Y, segundo, hacerlo a partir de un evidente esfuerzo por poner en relación experiencias y conocimientos procedentes tanto de la doctrina y experiencia militar como del ám-bito de los estudios más o menos académicos sobre liderazgo empresarial; con vistas a fomentar así un trasvase de conocimientos de uno a otro ámbito. En varios pasajes del libro, además, se dan pistas sobre cuáles son las dos motivaciones de fondo que inspiraron aquellos objetivos. A juicio de Federico Aznar, las teorías y modelos sobre liderazgo formuladas desde las áreas profesionales respectivamente vinculadas al mun-do militar y civil se han desarrollado de forma autónoma (lo que, hasta cierto punto, resulta perfectamente comprensible), suscitando la impresión de que sus aportaciones solo tendrían valor y utilidad dentro del ámbito práctico con vistas al cual han sido
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