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Memorial_Infanteria_78

OPERACIONES, TÁCTICA Y LOGÍSTICA La enorme demora durante la evacuación invitaba a recoger de nuevo una gran enseñanza que los miembros de “Tango” nunca olvidarían. Tan solo una pequeña porción de los allí presentes era conocedor de los medios materiales que el resto de unidades implicadas en el ejercicio aportaban. La extracción de los heridos hizo recapacitar a todos los presentes sobre la importancia de conocer aspectos tan básicos como por donde se puede subir o bajar de los vehículos, la forma de acceder a su interior o donde tienen ubicadas sus salidas de emergencias, si es que las tienen. La sección mecanizada comenzaba entonces a sufrir numerosas bajas, varias de las casas estaban trampeadas con explosivo plástico y muchos hombres estaban siendo abatidos desde un origen de fuego desconocido imposible de localizar en medio del caos que rápidamente se Como alma que lleva el diablo, apareció el carros de combate que estaba a reserva, desbordando al resto de unidades que le habrían un pasillo central permitiendo así una veloz progresión. A rebufo, se incorporaban los otros dos Leopardos para formar un tridente del que saltaban chispas de 7.62 procedente de sus MG-42. El avance acorazado y la barrera de fuego dieron sus frutos, el enemigo comenzó a salir de sus madrigueras mientras los tiradores selectos de la sección mecanizada comenzaban una caza sin cuartel, informando de todos sus repliegues hasta una plaza situada al fondo de la población. Se realizó un pequeño alto para reorganizar la unidad, los TOA,s no paraban de moverse con heridos hacia calles a cubierto donde se unificaban para ser finalmente transportados hacia una HLZ improvisada que les proporcionaba 39 las inmediaciones de un gran cruce y con bastante tierra removida en los alrededores, algo tan evidente no podía ser un IED; desafortunadamente, todas las sospechas eran ciertas y el enemigo no tardó mucho en cobrarse su objetivo más rentable. De improvisto un coche bomba apareció por una de las calles colindantes a máxima velocidad y antes de que se le pudiese abrir fuego eficaz, se había inmolado buscando la colisión con el Leopardo, dejándolo inservible y provocando que dos de sus tripulantes quedaran gravemente heridos. No había tiempo que perder, y tras el primer shock alguien debía tomar la iniciativa antes de que los heridos muriesen. El binomio del carro en vanguardia no dudó y disparó un proyectil de fragmentación sobre el vehículo volcado, el cuál desapareció por completo. Todavía no había caído el último trozo de metal, cuando la sección mecanizada desbordó con sus TOA,s al carro accidentado y pasó a cubrir la vanguardia con sus Ametralladoras pesadas mientras decenas de fusileros desembarcaban para limpiar todas las casas que les rodeaban. El último de los carros que se encontraba en la reserva de “Tango”, se aproximaba a la entrada de la población a la espera de que todo ese entuerto se normalizase, con la finalidad de mejorar su acceso en caso de tener que reforzar la vanguardia. Mientras que los tripulantes no heridos (aunque sí aturdidos) pudieron salir por la escotilla de emergencia bajo la panza del carro de combate accidentado, una de las secciones de apoyo de zapadores se colocaba a cubierto tras el carro damnificado y comenzaba con la extracción de los heridos4. apoderó de la situación. su evacuación definitiva. 4 Los monos ignífugos, indumentaria propia del carrista, no solo dilata en el tiempo la abrasión del cuerpo humano, sino que posee un asa extraíble en los hombres mediante la cual, un herido puede ser extraído. Esta asa fue implementada debido a la imposibilidad de entrar dos personas en un mismo puesto dentro del Carro de Combate.


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