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LA BANDERA NACIONAL: SITUACIÓN, PROPÓSITO Y VALORES... 39 18. Tambor, gastador, subteniente portainsignia (supuesto) y fusilero del Ejército en 1820-1823. Lámina de la ‘Historia Orgánica’ del general conde de Clonard En las Cortes de Cádiz fue perfilándose una nueva concepción política de la institución militar que, sólo tras varios decenios, conseguirá expandirse y recalar fuera de los más ideologizados y comprometidos con la evolución política. Al lograrlo, se desencadenó un largo y complejo proceso en el que el Ejército, al que cabría calificar de ‘real’, iría transformándose en ‘nacional’. En los debates se expresaba esta nueva mentalidad motora: “el sistema militar que, en adelante, deberá gobernarnos … de su buena o mala forma dependerá el asegurar la libertad civil y la existencia de la Constitución política de la Monarquía”; los ejércitos “no deben ser más que una porción de ciudadanos armados destinados a proteger y defender las clases pacíficas y productoras del Estado … Debemos formar del soldado un apoyo de los derechos sociales, un defensor de la independencia nacional … un amigo de los ciudadanos”.62 Estas expresiones traslucen un principio de recelo hacia las clases ‘no pacíficas’ -la plebe, temida por sus posibles reacciones violentas- y hacia las ‘no productoras’ -la nobleza, la Iglesia, el Ejército del Rey-. Por ello, pronto rompieron el monopolio nobiliario y aristocrático de la oficialidad militar cuando el 16 de agosto de 1811, en plena guerra de la Independencia, se suprimieron las pruebas de nobleza a quienes quisieran ingresar en las academias de oficiales. Frente a esos prejuicios, de los que, como ya se ha dicho, saldría la creación de la Milicia Nacional 62  Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias, 20 de junio de 1812, pág. 3.350, citado por Cepeda, José: op. cit., p. 137. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2018, pp. 39-72. ISSN: 0482-5748


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