156 MEMORIAL ARTILLERíA, nº 174/2 - Diciembre de 2018 de de " libre elección" de entre los que mejores condiciones tuvie-ran para el cargo, con méritos suficientes "acreditados". Debe de ser incentivado de acuerdo a la carga y dificultad de las asignaturas impartidas. No se debería limitar el tiempo en el desempeño de cargo de profesor y en ningún caso desligarse de la educación, requiriéndole en comisiones para asesorar y formar a los nuevos profesores. La permanencia en el destino de profesor debe de tener parangón con el destino en un re-gimiento. Por otra parte, antes de acceder al profesorado, el oficial debe "bregarse" en las unidades del Arma. ◊ Libros de texto: Es indudable que el alumno necesita un libro de texto. Si se elige un libro cualquiera, posiblemente no se adapte al programa de la asignatura. Por tanto, primero hay que determinar el programa y luego los profesores desarrollar el texto. Para hacer un libro de texto se ha de dominar la asig-natura y tener experiencia en la enseñanza de la misma. El libro de texto no puede permanecer impasible en el tiempo, debe estar abierto a nuevas teorías o reglamentos. En esas variaciones deben estar implicados los profesores. ◊ Métodos de "ampliación de la enseñanza" a los oficiales egre-sados: Los estudios cursados en las Academias solo pueden tener el concepto de preparatorios para ser desarrollados y ampliados durante la carrera militar. Como no todos los ofi-ciales desempeñaran los mismos cometidos, es necesario la especialización en grupos de misiones diferentes. En el regla-mento de 1804 se establecían en el Colegio de Artillaría los estudios de ampliación, que recibieron el nombre de "subli-mes”. Ya se vislumbraba la necesidad de disponer de oficiales especialistas para algunos destinos. Tenemos la obligación de adelantarnos a los acontecimientos y saber hacer frente no solo a los cometidos de hoy, sino que acompañando al progre-so, debemos intuir las necesidades del mañana. El Arma de Artillería, además de divulgar sus conocimientos, se ha caracterizado por la inquietud en aumentar la "cultura ge-neral". En todas las guarniciones deberían organizarse cursos teóricos y prácticos. Además se promoverán las conferencias, encargadas a oficiales de conocido prestigio y mérito, para que imparten y divulguen sus conocimientos y experiencias. El coronel Lossada fue jefe de Estudios de la Academia de Arti-llería de Segovia.
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