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Actualidad STO: Conferencia HFM-240 “Mild Traumatic Brain Injury: Operational and Clinical Implications” Autores: Área de Cooperación Internacional en I+D Palabras clave: daño cerebral traumático leve, conmoción cerebral, mTBI. Metas Tecnológicas relacionadas: MT 3.1.2. La Subdirección General de Planifi-cación, Tecnología e Innovación de la DGAM, en colaboración con la Ins-pección General de Sanidad, organizó los pasados días 18 y 19 de diciembre de 2018 la conferencia internacional HFM-240 “Mild Traumatic Brain Injury: Operational and Clinical Implications”, promovida por la Organización de Ciencia y Tecnología de la OTAN (STO - Science and Technology Organization). Las series de conferencias de la STO (“Lecture Series”, por su denominación en inglés) son eventos de carácter for-mativo que se organizan anualmente en distintos países de la OTAN, con el objetivo de difundir información sobre el estado del arte en temas científicos y tecnológicos de gran interés para la Alianza y sus Estados miembros. Temas tratados El daño cerebral traumático leve (abre-viado en inglés como mTBI - “Mild Traumatic Brain Injury”) constituye un problema médico importante tanto en el ámbito civil como en el de las operaciones militares. Estas lesiones provocan alteraciones agudas de la consciencia que incluyen entre otros síntomas aturdimiento y confusión, pérdida de conocimiento y amnesia post-traumática, y se caracterizan en la mayoría de los casos por la ausen-cia de daños detectables en las imá-genes neurológicas. Si bien la mayoría de afectados por mTBI se recuperan en un periodo típico de unos tres meses, existe un porcentaje de los mismos que experimentan síntomas persistentes más allá de los seis meses. En el contexto de las operaciones mili-tares, la principal causa de las lesiones mTBI son las ondas expansivas provo-cadas por las explosiones, que provocan Fig. 1. Las ondas expansivas de explosiones son el principal mecanismo generador de mTBI en operaciones. (Fuente: Maj. Carson Petry (1st CAV)). cambios de presión supersónicos en pe- riodos de tiempo muy reducidos. Aunque la relación entre las explosiones y los posibles daños cerebrales se conoce desde la Primera Guerra Mundial, su in-cidencia en los recientes escenarios de combate ha sido muy elevada, debido fundamentalmente a la proliferación del uso de artefactos explosivos improvisa-dos (IED - Improvised Explosive Devices) por parte de la insurgencia en opera-ciones como las de Afganistán e Irak. Así, entre 1999 y 2006, los daños mTBI relacionados con explosiones se mul-tiplicaron por ocho a nivel mundial. Si bien en operaciones existen otras cau-sas frecuentes de estas lesiones (caídas de escombros, accidentes de tráfico, etc.), la onda expansiva de explosiones sigue siendo el principal mecanismo ge-nerador de las mismas. Debido a la ausencia aparente de daños cerebrales en la mayoría de lesiones mTBI, la capacidad de identificación o diagnóstico de las mismas es compli-cado. En el escenario operativo, esta dificultad de diagnóstico es aún mayor por dos factores. Por un lado, el diag-nóstico en el momento en el que se pro-duce la lesión no siempre es posible (ya que en una gran mayoría de casos se produce en acciones de combate), por lo que dicho diagnóstico debe hacerse a posteriori en base a las declaraciones del propio individuo afectado o a los tes-timonios de sus compañeros en relación con los síntomas observados (si hubo pérdida de conciencia, cuánto tiempo duró, etc.). Por otro lado, muchos de los síntomas de mTBI son coincidentes con el trastorno de estrés postraumático que experimentan muchos combatientes tras la vivencia de situaciones peligrosas o traumáticas. Por esta razón, y en el caso de síntomas persistentes, no es fá-cil determinar si se deben atribuir a una lesión cerebral real o si más bien reflejan un problema de orden psicológico. El diagnóstico temprano de los com-batientes que han podido sufrir una le-sión mTBI es de gran importancia, ya que los síntomas que experimentan pueden impactar en su disponibilidad operativa y tener serias consecuen-cias para ellos, para su unidad y para el desarrollo de la misión. Este diag-nóstico se dificulta por el hecho de que hay probablemente una prevalen-cia de mTBI mucho mayor de la que se diagnostica. Esto es debido a que muchos combatientes no informan de que pueden haber sufrido una lesión mTBI o de que están experi-mentando síntomas relacionados, de-bido a que no quieren ser retirados de zona de operaciones y abandonar a su unidad. En las distintas ponencias se abordaron en detalle estos temas, revisando el es-tado actual del conocimiento médico en las lesiones mTBI, las prácticas clínicas existentes y el impacto de las lesiones en el entorno personal del paciente. Resultados El evento resultó un éxito en relación con el número de participantes. Por parte na-cional, destaca la elevada participación de personal de la red sanitaria militar (IGESAN, Hospital Gómez Ulla, Escue-la Militar de Sanidad, etc.), además de representantes de la UME, de hospita-les del ámbito civil y de universidades. Por parte internacional, la jornada con-tó con asistentes de Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda y Reino Unido. Es de destacar asimismo que las ponencias fueron valoradas muy positivamente por la mayoría de los asistentes. Para más información, se pueden descargar las lecciones de las con-ferencias (“educational notes”) de la sección “Publications” de la página web de la STO (www.sto.nato.int). 6 Boletín de Observación Tecnológica en Defensa n.º 59. Cuarto trimestre 2018


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