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El adiestramiento del joven ejército somalí es la pieza clave para garantizar la estabilidad y la gobernanza muchas zonas rurales en el centro y sur del país. Allí funcionan como gobierno en la sombra y cuentan con una colosal financiación: extorsión sobre el comercio, la ayuda humanitaria o el tráfico de drogas, armas y carbón vegetal. Así, además de soportar su sinrazón extremista, perpetúan su ascendente sobre unas poblaciones locales que, frente a la ausencia del Estado, todavía les perciben como una opción soportable para su supervivencia. Un dominio ahora amenazado por el autoproclamado Estado Islámico en Somalia que, en 2016, emergió en el país con la pretensión de arrebatar a Al Shaabab —su mayor enemigo— el liderazgo de la yihad local. Con una entidad muy inferior, sus embates terroristas y su lucha contra los secuaces de Al Qaeda se focalizan en el estado de Puntland (donde se disputan el control del puerto comercial de Bosaso) y en la región sur del país, aunque su presencia en Mogadiscio es ya muy notable. COMPROMISO INTERNACIONAL La Comunidad Internacional, liderada por Naciones Unidas, la Unión Africana y la Unión Europea, Efectivos de la fragata española Victoria detienen a unos piratas tras la liberación de un carguero noruego secuestrado en 2010. ha sido un actor fundamental en la restauración de la gobernanza en Somalia, y todavía hoy, es el soporte necesario para afianzar el precario Estado Federal. Somalia, y por extensión el Cuerno de África, se ha convertido en el ejemplo más claro del enfoque integrado de la Unión Europea. Sus operaciones civiles y militares desplegadas en el país (EUNAVFOR Atalanta, EUTM Somalia y EUCAP Somalia) son piezas clave para el compromiso europeo de la paz en la región. La operación Atalanta —cuyo mandato llega hasta diciembre de 2020— fue creada en 2008 con el objetivo de proteger a los buques del Programa Mundial de Alimentos, en la prevención y erradicación de la piratería y el robo a mano armada en el mar, así como en la vigilancia de las actividades pesqueras frente a las costas somalíes. A finales de marzo, el Cuartel General de Rota en España relevará al de Northwood (Reino Unido) para ejercer el mando de Atalanta En abril de 2010, la UE lanzó la misión de entrenamiento y formación EUTM Somalia. En 2016 amplió sus cometidos adiestrando a compañías de infantería ligera, secciones de ingenieros e impartiendo cursos de instructores. Como fundamento para la integración social, todas las unidades aúnan a soldados de distintos clanes y zonas geográficas. En diciembre de 2018 ha iniciado su sexto mandato, que extiende la misión otros dos años. Dentro del plan de transición, el objetivo es fortalecer la estructura de defensa somalí para que se haga cargo de la formación de sus soldados de forma autónoma. De forma complementaria y desde 2007, la misión africana AMISOM —con más de 20.000 soldados, sufragados por la Unión Europea— se ha convertido en el baluarte más fuerte contra Al Shabaab, con la participación cada vez mayor del Ejército somalí y el apoyo del Mando África de Estados Unidos (AFRICOM), que con 500 militares en el terreno sigue incrementado sus ataques con drones para diezmar a las milicias extremistas. Pero las unidades somalíes y africanas apenas tienen capacidad para mantener las zonas reconquistadas y tampoco la población percibe beneficio alguno por su presencia, lo que en muchas ocasiones motiva el regreso de los islamistas. Además, la reducida entidad (11.000 efectivos), la escasa formación y el precario equipamiento del Ejército somalí son factores que, por el momento, le impiden ser resolutivo para erradicar la lacra terrorista o garantizar la protección a sus ciudadanos. Por este motivo, el esfuerzo nacional e internacional se centra ahora en incrementar la operatividad de las fuerzas militares y policiales somalíes —a través de las misiones de adiestramiento de la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y Turquía—, en aumentar su representatividad social e integrar en sus filas a las distintas milicias regionales. El objetivo final es que Somalia pueda hacerse EFE cargo de la seguridad de su territorio y su población tras la retirada de AMISOM, prevista —pero todavía no asumible— para 2021; y todo ello en el marco de un ambicioso plan de transición, apoyado y financiado desde el exterior, que también contempla la reconciliación nacional, la gobernanza local y el desarrollo social, así como la imprescindible construcción institucional del Estado como único garante para acabar con décadas de guerra, corrupción y anarquía. Tcol. Jesús Díez Alcalde (Somalia) Analista del IEEE 52 Revista Española de Defensa Marzo 2019


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