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Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 13 / 2019 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos n.º 13 - Año: 2019 - Págs.: 111 a 142 126 declarada por la fraternidad global es dejar paso a «sociedades pluralistas abiertas, equitativas e incluyentes»24. La estructura de control de las organizaciones terroristas como el EI, no solo las jerárquicas sino incluso las de tipo celular, contiene elementos de lealtad como parte integral, por encima de otros rasgos, por lo que es posible centrarse en ellos para de-rrotar a la organización. Por temor a perder el control o incluso a que haya confusión respecto a la misión, los dirigentes pueden implantar una determinada filosofía que trate de evitar que los miembros de unas células se coordinen con otras25. Aquí puede intervenir el gobierno mediante iniciativas que promuevan la disidencia y la ruptura, tratando de que, dentro de su capacidad de influencia, los flujos financieros destinados a los efectivos se vuelvan hostiles, así como de mermar sistemáticamente las capacida-des de los dirigentes de infligir terror. En el caso de que exista la gran divergencia en las preferencias de la que hemos hablado, como sucede con varias de las células que operan para el EI, el gobierno puede limitarse a observar. Cuando en algún momento sus dirigentes fijan su atención en estas células, los gobiernos ven claro cuál es el marco existente y las identidades de los miembros que ejecutan el mismo tipo de acciones para los dirigentes. Por ejemplo, cuando Ayman al Zawahiri señaló que el comandante de una célula estaba desviando fondos de la organización, los organismos antiterroris-tas dejaron que ese miembro permaneciera en ella. Esta estrategia se adoptó debido a que el comandante de la célula era un elemento que podía implicarse en una campaña dentro de la organización contra los dirigentes máximos, por considerarse víctima de una persecución. Otra alternativa, cuando se identifica que el líder de una célula está amenazado por los dirigentes principales, es ofrecerle una vía de escape, reduciendo así la credi-bilidad de los máximos dirigentes y el efecto disuasorio del castigo por desobedien-cia. Estas actuaciones pueden proporcionar una salida práctica para que diversas células disidentes y sus combatientes de a pie escapen de la presión de los máximos dirigentes. Sin embargo, en muchos casos no se pueden llevar a efecto debido a las medidas legislativas que existen en las naciones desarrolladas, pero pueden aplicarse en la práctica en otras regiones del mundo afectadas por la guerra donde esas células están operando. Ello favorece también un elevado grado de divergencia dentro de la organización, pues cuando los líderes u otros miembros de las células sienten que sus vidas corren un mayor peligro por proteger a los máximos dirigentes, se les pue-de persuadir de que abandonen el grupo y se integren en el conjunto de la sociedad. Al enfrentarse a la estructura celular del EI, los organismos gubernamentales tam-bién pueden suscitar disputas adicionales por el liderazgo en el conjunto de la or-ganización en el caso de que los líderes de varias células estén posicionándose para conseguir un mayor poder. Cuando el gobierno se embarca en una ronda de negocia- 24  UNDP. «Journey to Extremism in Africa: Drivers, Incentives and the Tipping Point for Recruitment». UNDP. 2017. 25  Shapiro, J. «The Terrorist’s Dilemma». Princeton, New Jersey: Princetown University Press. 2013.


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