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74 Armas y Cuerpos Nº 129 Ejército y además ser representativos de los ideales por los que estaban dispuestos a luchar. Los colores elegidos fueron el rojo-amarillo-rojo, tal como se ven en la bandera conservada en las Cortes, que así pasaron a representar los ideales liberales de una Monarquía Parlamentaria, de los cuales la realidad política actual española es heredera directa. CONCENTRACIÓN DE LOS TRES ÁMBITOS Los tres caminos acaban confl uyendo y dieron como resultado otro momento importante de la larga historia de España, cuando están consolidados, son coincidentes y son aceptados sin discusión los símbolos del territorio, del pueblo -por su conciencia de unidad y protagonismo histórico- y el de los ideales políticos modernos. Eso ocurrió tras el fi n de la Primera Guerra Carlista, en 1840, cuando los defensores de la Monarquía Absolutista y opuestos a la Monarquía Parlamentaria fueron derrotados. Tras la victoria liberal y progresista, la Reina Isabel II, consolidada en su Trono, se identifi ca con el pueblo y los ideales políticos y por ello dice el preámbulo del Real Decreto del 13 de octubre de 1843: “Siendo la bandera nacional el verdadero símbolo de la monarquía española …” La bandera nacional y sus colores ya tenían un uso amplio y aceptado por todos y en todos los lugares; por ello, algo más adelante, fue la bandera de los voluntarios vascongados y catalanes que participaron en las Guerras de Cuba y de África porque, desde sus particularidades regionales, sus ideales también eran los del resto de los españoles. LOS MOVIMIENTOS REPUBLICANOS Como reacción a los errores políticos de la monarquía y sus gobiernos fueron apareciendo diversos grupos que propugnaban la república como forma de Estado. Cada fracción utilizaba para diferenciarse diversas combinaciones cromáticas, tal como nos relata el eminente vexilólogo Luis Sorando. De todas las combinaciones de tres colores o más colores sobrevivió al cabo del tiempo, representando ese movimiento, la formada por el rojo, el amarillo y el morado. Pero, aunque LA BANDERA REPUBLICANA Los colores morado-amarillo-rojo fueron propuestos a las Cortes para la bandera de España por Ángel Fernández de los Ríos, Cronista de Madrid en 1869, tras el derrocamiento de Isabel II. El Capitán de Navío y Secretario Perpetuo de la Academia de la Historia Cesáreo Fernández Duro desmontó entonces las tesis en las que se sustentaba la propuesta En la bandera de 1931 el morado representa ofi cialmente a Castilla, “nervio de la nacionalidad” española, argumento contradictorio con el igualitarismo republicano, porque la resalta sobre las demás regiones españolas El morado procede del falso “Pendón morado de Castilla”; la antigua Castilla no tuvo Pendón; el Rey de Castilla, sí y ninguno morado. Se confunde ese símbolo, supuestamente representativo de ese reino, con los “Pendones reales” municipales (rojos o carmesíes, pero no morados) representativos del Rey. Se conservan varios. La bandera republicana no alcanzó la categoría de una nueva bandera nacional aceptada por todos. La prueba está en que en 1936 el bando llamado “nacional” restauró la verdadera bandera de España sin haber renunciado, todavía, al Estado republicano, cuyo escudo mantuvo inicialmente. Por todo ello, esta bandera es más conocida como “bandera republicana” que como “bandera de España”.


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