Armas y Cuerpos Nº 130 47 incentivarles en el estudio de idiomas o práctica de los mismos con el personal alojado en la base, preparación de competiciones deportivas, etc. En defi nitiva, es fundamental que el personal no caiga en el tedio y la rutina y esa responsabilidad recae fundamentalmente en el teniente, que debe de apoyarse en sus subordinados y estar constantemente vigilante. ¿Un consejo para nuestros futuros ofi ciales? Los malienses, de religión mayoritaria musulmán, pero no islamista radical, son gente abierta, pacífi ca y tolerante con otras religiones, trabajadores, pero no ambiciosos, y siempre alegres. Son un pueblo orgulloso de su pasado, que considera su pobreza menos importante que sus tradiciones. En esta manera de ser y vivir se explica cómo unos cientos de radicales lograron imponerse por la violencia a millones de malienses. Recorriendo sus calles se observa cómo, salvando la diferencia de riqueza con occidente, sus costumbres son muy parecidas a las nuestras: hay, por ejemplo, un gran camino avanzado en relación a las libertades de la mujer, existe un parecido tipo de diversión de los jóvenes (deportes, bares y centros sociales), así como un acercamiento total entre religiones y con el extranjero que viene a ayudar. Este escenario favorece la interacción con el ejército local y con la población, y aquí es donde un joven ofi cial español puede y debe sacar más provecho. No hay que olvidar que estas buenas relaciones propician un benefi cio directo para los intereses españoles, buscando siempre que nuestra estancia sea agradecida por el pueblo maliense y que vea en los españoles esa nación que además de cumplir el cometido asignado ayuda altruistamente, pues está en el corazón del español situar el estandarte de la moral en el punto más alto. El pueblo maliense merece una oportunidad de autodefenderse, autogobernarse y de vivir su vida en paz y progreso. Un teniente goza en esta misión de iniciativa para llevar a cabo mucho más que lo exigido por la misión o los cánones internacionales. Es por ello que a través de colectas y ayudas desde España, se han hecho obras benéfi cas y que, ya de regreso en territorio nacional, muchos continúan manteniendo un compromiso solidario. Ésta es una misión que te marca como persona. La misión en Malí, ofrece ese punto de iniciativa y audacia que siempre ha caracterizado al joven ofi cial español. A nuestros cadetes, futuros tenientes y capitanes, les queda por delante importantes retos dentro de este panorama de atractivas y exigentes misiones internacionales, que sin duda conseguirán superar. Nunca fue cuestión de uno u otro plan de estudios que un ofi cial que saliera de la AGM lograra el éxito
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