Por su parte, el mobiliario prendió con facilidad, ya que estaba fabricado con elementos tremendamente combustibles y con una mucha capacidad calorífi ca, cuya combustión produjo una gran cantidad de humo muy denso y tóxico. Además, en edifi cios altos es habitual que se produzca un tiro de aire ascendente por las cajas de las escaleras, que no solo facilita la propagación del fuego sino el ascenso del humo hacia los pisos superiores, como fue el caso del Hotel Corona, ya que el humo invadió pasillos y habitaciones, favorecido por la apertura de ventanas y balcones por parte de los hospedados, pues la corriente de aire avivó el fuego al aportar más oxígeno2. El incendio se desarrolló con gran violencia y velocidad, alcanzando temperaturas especialmente elevadas en algunos puntos, motivo por el cual la mayoría de las personas que se encontraban en los pisos superiores quedaron bloqueadas, ya que al haber comenzado el fuego en un semisótano y propagarse rápidamente a la planta calle, la salida principal quedó bloqueada, lo mismo que las escaleras por las que debía de haberse efectuado la evacuación. Los primeros informes realizados por los ingenieros de la Delegación Provincial del Ministerio de Industria determinaron que no había indicios de que el incendio se debiera a causas ajenas a las instalaciones del hotel. Testimonio de testigos presenciales Las personas que estaban desayunando en la cafetería Picadilly’s se percataron del incendio y la evacuaron debido al humo que la invadió. Otros residentes también se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, aunque solo unos pocos consiguieron bajar a la calle por las escaleras de emergencia, porque no estaban señalizadas como tales. El personal del hotel fue avisando a los alojados para que salieran rápidamente, pero muchos no se percataron de lo que ocurría, permaneciendo en sus habitaciones, algunos de los cuales fallecieron intoxicados por el humo. Los clientes que estaban en los pisos altos, permanecieron en los balcones esperando la llegada de los bomberos, pero sus escaleras no alcanzaban aquellos pisos, por lo que se solicitó la colaboración de grúas particulares telescópicas, al tiempo que los bomberos trepaban con escalerillas por la fachada. El pánico entre los bloqueados por el fuego fue tal que los más decididos se deslizaron por la fachada utilizando sábanas anudadas para llegar a pisos inferiores, donde ya podían ser rescatados por los bomberos, mientras que los alojados en el 1º piso tiraron colchones a la calle para poder saltar, mientras que otros lo hicieron sobre la lona que habían desplegado los bomberos. Y varias personas que consiguieron acceder a la terraza, fueron rescatadas por un helicóptero UH-1 de la base americana de Zaragoza3. Actuación de los bomberos Cuando llegaron los bomberos encontraron la cafetería Picadilly’s en llamas y sus cristaleras rotas, saliendo el fuego por el chafl án del edifi cio que hay entre la avenida César Augusto y la calle Ramón y Cajal; comprobaron que también había fuego en la planta baja y en el 1º piso. Una densa humareda llegó a envolver toda la fachada y formar un penacho que se veía desde bastantes kilómetros. El incendio fue de tal magnitud, que todo el personal del parque de bomberos participó en su extinción, precisando unas cinco horas para sofocarlo. El principal problema fue el pánico que cundió entre las personas atrapadas, ya que prácticamente nadie utilizó las escaleras de emergencia, mientras que algunos decidieron lanzarse al vacío, a pesar de los constantes avisos que realizaron los bomberos con megáfonos para que se mantuvieran tranquilos en los balcones hasta ser rescatados. 82 Armas y Cuerpos Nº 141 ISSN 2445-0359
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