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El problema era que el Hotel Corona se diseñó sin tener en consideración la posibilidad de un incendio, por lo que disponía de unas medidas de seguridad muy elementales. Por otra parte, la decoración interior era bastante abigarrada, con paredes paneladas y enteladas, con suelos enmoquetados y un mobiliario fabricado con materiales combustibles, con una gran capacidad calorífi ca que actuó como el elemento exógeno. Además, se trataba de un edifi cio de diseño complicado, con muchos recovecos, salones subterráneos con salidas defi cientes y ninguna de emergencia. A todo esto se sumó que el material con el que estaban dotados los bomberos de Zaragoza en 1979 no era el oportuno para hacer frente a un incendio de estas dimensiones en una construcción de once alturas, ya que ni sus escaleras alcanzaban los últimos pisos, ni los equipos individuales eran los apropiados para un siniestro en el que se produjo gran cantidad de humo y gases tóxicos. Recuerdos propios El autor se desplazó sobre las 9’30 horas para ver y fotografi ar el espectáculo del hotel en llamas. En las calles próximas se apreciaba un movimiento inusual de vehículos de policía y bomberos, incluso sobrevolaba un helicóptero. En la fachada principal había varias ventanas humeando y bastantes personas asomadas a ventanas y balcones para poder respirar, a la espera de ser rescatadas por los bomberos. Era impresionante ver en algunas barandillas sábanas anudadas como cordadas, por las que alguien se habría descolgado de un piso a otro. También fue espectacular un helicóptero de la Base Americana, que se posó en la terraza del hotel, donde recogía a personas que trasladaba hasta las terrazas próximas, pero que con el viento que originaba avivó el fuego de los últimos pisos. Como ya se ha comentado, acudieron grúas telescópicas particulares con una cesta al fi nal en la que iban bomberos para ayudar a las personas a pasar de los balcones a la cesta. Pero si hubo algo emocionante fue ver a varios bomberos trepar por la fachada mediante escalas provistas de ganchos que sujetaban en las barandillas de las terrazas para intentar llegar hasta las personas que se encontraban en los pisos a los que no alcanzaban las escaleras. Fue un momento de mucha tensión, pues había personas asomadas que tenían el fuego en el piso superior, era una carrera contrarreloj el que los bomberos llegaran para ayudar a los hospedados a bajar a pisos mas seguros antes de que fueran afectados por las llamas o sofocados por los gases y el humo, mientras tanto desde la calle les echaban agua con un cañón para refrescarlos. En las inmediaciones del hotel se formó una gran aglomeración de curiosos, camiones de bomberos, coches de Policía, Guardia Civil, ambulancias y grúas. Fue tal la psicosis que se creó, que incluso se evacuaron otros establecimientos pensando en la posibilidad de que se hubiera podido colocar en ellos material explosivo o infl amable, permaneciendo en esta situación de alerta varias horas, mientras tanto por la radio se hacían llamamientos para que el personal sanitario acudiera a los hospitales o a las inmediaciones del hotel, y al público para que fuera a donar sangre, llamamientos que fueron atendidos tanto por el personal sanitario como por los donantes. Como por la tarde el autor estuvo de guardia en la Casa de Socorro, atendió a dos bomberos en un piso del parque de bomberos, por presentar un cuadro leve de asfi xia debido a su participación en la extinción del incendio. Aseguraban que el fuego no se había iniciado en la cocina, porque ellos estuvieron trabajando allí y no apreciaron signos de ser el foco inicial, sino que el fuego había comenzado en el 1º piso, precisamente debajo de las habitaciones ocupadas por la familia Franco, ya que entre los nuevos alféreces se encontraba Cristóbal Martínez-Bordiú, que sufrirían lesiones leves, siendo asistidos en el Hospital Provincial y en el Hospital Clínico. También se alojaban en el hotel, entre otros, el general Alfonso Armada, el general Vigón o el teniente coronel Alfonso Queipo de Llano, que falleció. Agosto - 2019 Armas y Cuerpos Nº 141 83


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