Formación 31ª Unidad en San Fernando 1988 El resto de la formación, en sus dos especialidades (Tracción y Movimiento), estaba a cargo de monitores de RENFE, magníficos profesionales volcados en cuerpo y alma a la enseñanza de nuestros voluntarios en prácticas, que al licenciarse ingresaban en la Empresa RENFE. Otra singularidad era la organización, gestión, asesoramiento, y control de los transportes militares por ferrocarril, con una dependencia funcional de la Dirección de Transportes (DITRA), o la participación con los órganos logísticos en el asesoramiento para definir la reglamentación relativa a la estiba del material militar en las plataformas ferroviarias, participando en el NATO M&T WG junto con personal civil de RENFE, para el desarrollo de la normativa en todo lo concerniente a los transportes de material militar por vías de superficie y en nuestro caso por ferrocarril. En unos meses, en concreto el 19 y 20 de enero de 1984 y motivado por la huelga, me vi totalmente implicado en la Militarización y Movilización del personal de la empresa Metro Madrid, responsabilizándome de la Línea 1 de Metro, por entonces de Plaza Castilla a Portazgo. Una experiencia en la que raramente un mando del Ejército se puede ver involucrado en su vida. Una de las tareas fue atender los trámites administrativos para comunicar al personal de la empresa que estaba movilizado y sujeto al Código de Justicia Militar durante el periodo de huelga, lo que se llevó a cabo por parte de un mando del Regimiento, acompañado de dos policías de la antigua Policía Armada (grises). Esta policía también nos acompañaba, tanto a mandos como a los soldados, durante el trabajo de control en las líneas de metro, o en la conducción de los trenes. Durante años mi trabajo fue el de los transportes militares por ferrocarril, por la mañana, por la tarde o por la noche, para desde el planeamiento, organización, autorización, nombramiento del oficial del servicio de ferrocarriles, embarque, recorrido, acompañamiento, control y desembarque, estar puntualmente informado y poder actuar, durante el transporte, ante cualquier incidencia. Y así continúe, recuerdo, cuando, con el objeto de normalizar a todo el Ejército, nos ordenaron quitar el uniforme azul y ponernos el mimetizado, hecho aparentemente de escasa importancia pero que tuvo sus consecuencias, pues cuando, en las estaciones, se precisaba localizar al personal del Servicio Militar de Ferrocarriles (El SMF es el concepto bajo el que se agrupaba a todas las unidades de ferrocarriles) que estaba trabajando, nadie lo encontraba, por lo que era la persona más buscada en las tareas de embarque y desembarque. Al final se tuvo que autorizar a que llevara un chaleco amarillo con las siglas SMF en la espalda, para ser fácilmente reconocible mientras efectuaba sus labores en las estaciones. Otra experiencia, ésta bastante ingrata, fue ya de Comandante Jefe del Batallón de Ferrocarriles, tener que ir cerrando casi todos los destacamentos, unidades y batallones, uno tras otro, entregando la mayoría de ellos a RENFE, unos con la firma de actas y entrega de llaves y otros como en Sevilla con un acto presidido por el Capitán General, según sus palabras “como tenía que ser, por la puerta grande”. A continuación y en honor a las unidades desaparecidas me permito desarrollar una serie de datos, que considero aclaran, la organización, las singularidades, las peculiaridades y en definitiva lo que fueron aquellas unidades de ferrocarriles. Diciembre - 2019 Armas y Cuerpos Nº 142 93
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