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das y mientras con el brazo izquierdo sostiene a un aragonés caído con el derecho señala al cielo. Y, por último, hay que mencionar otro Ángel Custodio de Zaragoza más moderno y que con la escultura de San Valero, patrono de la ciudad, fl anquean la puerta principal del Ayuntamiento en la Plaza del Pilar. Ambas esculturas son de bronce y fueron realizadas en 1965 por el escultor Pablo Serrano. Por todo lo cual habría que pensar, que el ángel del cuartel “General Luque” no puede ser mas que un ángel custodio. Se trata de una escultura en piedra arenisca representando a un ángel de aspecto femenino a tamaño natural, con las alas desplegadas, las manos juntas en el regazo sujetando unas fl ores y mirada baja. Tiene todas las características de una pieza funeraria, similar a otras que pueden verse en la parte más antigua del Cementerio de Torrero de Zaragoza, la de los panteones de fi nales del siglo XIX y comienzos del XX, aunque en el caso del ángel del selectivo es difícil datar por falta de documentación y fi rma, aunque por su buena factura no se puede descartar que pudiera proceder del taller de Buzzi- Gussoni, que con tanto éxito había realizado anteriormente el monumento de Alfonso XIII, porque revisando las esculturas del mencionado taller en el cementerio, se pueden ver trabajos, como el ángel que se eleva sobre un pedestal en el panteón de Juan Guitart, el grupo de ángeles orantes en altorrelieve del panteón de los marqueses de Montemuzo, el ángel de pie y con las alas desplegadas, ante una cruz, del panteón de la viuda de Quílez, la escultura del ángel sedente ante una cruz del panteón de las familias Perales e Isaba o el Monumento a la Fosa Común de 1919, ideado por el escultor José Bueno y ejecutado por los escultores Buzzi y Gussoni (5). El ángel formaba parte de un monumento complejo, que estaba colocado frente a la residencia de ofi ciales. Sobre un pedestal bastante alto se alzaba una puerta formada por dos columnas sin basa, de fuste liso y capiteles sencillos, rematada por una pieza en forma de frontón clásico, todo en piedra arenisca, y en la parte posterior, pero asomado a la puerta, estaba el ángel, cuyas alas sobresalían por los lados de la puerta. Y en la parte superior del monumento, entre los dos capiteles, había una placa de piedra negra con una dedicatoria en la que podía leerse “AL GENERAL HUERTA LA GUARNICIÓN DE ZARAGOZA MCMXXV” y encima el perfi l recortado en chapa del mencionado general, fi rmado por V. Garrón. En fi n, un monumento complicado y de difícil comprensión, ya que por una parte tenemos un ángel asomado a una puerta, que bien podría tratarse de un monumento a los caídos, y además la dedicatoria al general Huerta, que aparentemente son temas diferentes, pero que en su momento se debieron de unir para formar aquel monumento, que dominaba el cuartel desde una loma. La fecha de la placa al general Huerta, 1925, podría corresponder con la de construcción del monumento, aunque no es mas que una especulación. El acuartelamiento del “General Luque” El cuartel “General Luque” ha sufrido similares vicisitudes a las del resto de los antiguos cuarteles de Zaragoza, aunque al no proceder de las desamortizaciones del siglo XIX, como por ejemplo, los cuarteles de San Agus- Monumento del Ángel en su estado original tín o de San José, que habían sido conventos, 166 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2019 ISSN 2445-0359


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