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Patria habéis prestado vuestro más solemne juramento y no olvidéis que la sangre de varias generaciones de Ofi ciales hicieron más rojos los pliegues y el brillo de la gloria aumentó el oro de esos queridos tafetanes. En ella se encierra, desde este día, vuestro honor y por ella habéis de llegar al sacrifi cio de vuestra vida”. Acto seguido, S. M. dirigió unas palabras: “Caballeros Cadetes: en el día de hoy, próximo ya a la salida de la I Promoción de esta Academia, tenéis la satisfacción de recibir esta gloriosa Bandera que, a través de tantas Promociones, ha sido guía de los Ofi ciales de los Ejércitos que en Toledo le juraron fi delidad y que, en cumplimiento de su solemne juramento, perdieron la vida por España, en ella representada…”. Nuevamente, en el año 1933, fue disuelta la Academia General con el advenimiento de la República y su gloriosa Bandera fue depositada en el Museo, junto a otras Enseñas y trofeos, testigos de glorias pasadas. En el año 1940 se organiza, en Zaragoza, la Academia de Transformación de Infantería y se le concede el honor de tener la histórica Bandera de la “General”, que la recibe, el 9 de Abril, con orgullo y como recompensa a los meritorios servicios prestados en la Guerra de Liberación por los Ofi ciales Provisionales, que en ella se formaban. Una acertada Orden organiza la Academia General Militar en su III Época en Zaragoza y el 2 de Diciembre de 1942, la Academia había de vivir una de sus más brillantes e inolvidables jornadas, al recibir, al cabo del tiempo, la sagrada Enseña, su Bandera, la Bandera de la “General” En el Patio de Armas, ante las dos Academias formadas, el Coronel Amado Loriga, Director de la Academia de Transformación de Infantería, pone en manos del Generalísimo Franco la gloriosa Bandera, quien la entrega al General Hidalgo de Cisneros, Director de la General. Tras prestar juramento la I Promoción de la General, el entonces Caudillo de España pronunció un brillante discurso recordando aquella General que él dirigiera y del que sacamos algunos, párrafos: “…La obra quedaba en pie. La obra era las Promociones que de aquí salieron, las que llevaban el espíritu de nuestra Academia, representada en el amor a nuestra Bandera... La Bandera que os entrego signifi ca la unidad entre las Armas, la unidad entre los Ejércitos, la unidad entre los pueblos y las tierras de España. Este es el mandato de nuestros muertos y esto signifi ca el juramento que le prestáis…”. El 5 de Junio de 1943, con ocasión del homenaje que la XIV Promoción de Infantería tributara al Jefe del Estado, la Bandera de la “General” fue trasladada al Patio del Alcázar de Toledo, renovando el juramento ante la misma Bandera que lo hicieran en el año 1908. Solemnes Juras de Bandera de Promociones, brillantes desfi les presididos por la gloriosa Enseña, habían de sucederse a través de los años, pero los muros del ya histórico Patio de la Academia, mudos testigos de brillantes jornadas, iban a presenciar un acto trascendente en la historia de la Academia, cual fue, el 15 de Diciembre de 1955, día en el que S.A.R. DON JUAN CARLOS DE BORBÓN y BORBÓN, llamado a ser el Rey de todos los españoles, como Caballero Cadete de la XIV Promoción, Jura la Bandera, la gloriosa Bandera de la General. Por último diremos que en varias ocasiones y accediendo la Academia a invitaciones de Colegios Militares extranjeros, la Bandera ha paseado gloriosa por tierras de Portugal y Argentina, en donde se le tributaron los máximos honores y fue condecorada con elevadas recompensas que fi guran en sus Corbatas, en medio del entusiasmo, respeto y admiración de aquellas naciones hermanas. Recientemente, el 28 de Febrero de 1981 y con ocasión de las “Bodas de Plata” de la XIV Promoción, el Patio de la Academia, nuevamente escenario de unos actos brillantísimos y solemnes, entre los que destaca, por su simbolismo, la renovación del juramento a la Bandera de SU MAJESTAD EL REY DON JUAN CARLOS I, al frente de su Promoción, besando la histórica Bandera con visible emoción, fue un elocuente ejemplo a todos los españoles del culto, amor y respeto que debemos rendir a nuestra eternamente heroica y bendita Enseña Nacional. S. M. el Rey pronunció un importante y resolutivo discurso, del que sacamos los siguientes párrafos: “Mis primeras palabras han de ser para dar gracias a Dios por permitirme hoy, después de 25 años, volver a besar, con 32 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2019 ISSN 2445-0359


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