NACIONAL CAJAS DE FRUTA PARA LLEVAR AL MERCADO, paquetes de productos comprados a través de Internet, ropa para surtir a las tiendas o material de obra son algunos de los millones de mercancías que circulan cada día por las carreteras españolas, en camiones y furgonetas, que normalmente pasan desapercibidos para el resto de los conductores. En cambio, cruzarse con un camión militar que transporta vehículos acorazados, mecanizados o máquinas de ingenieros suele llamar más la atención, por lo ocasional e imponente que resulta su aspecto. También porque a nadie se le escapa que, en caso de percance, el que se cruzara en su camino tendría las de perder. Esto es algo que el personal militar encargado de los transportes siempre ha tenido muy presente, ya que en la gran mayoría de los traslados que discurren por territorio nacional se comparten las vías públicas con el tráfico civil. De ahí que la seguridad haya sido siempre un tema crucial para el Ejército y, en ese aspecto, un buen amarre de la carga es un punto fundamental. La forma de colocar y asegurar la carga sobre los distintos medios de transporte se basaba en la normativa y procedimientos internos que manejaba cada unidad, y también en la experiencia del personal más veterano. Sin embargo, eso provocaba que existieran diferencias entre unas unidades y otras a la hora de amarrarla, inmovilizarla o qué plataforma utilizar. Por eso, desde la Agrupación de 29
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