2020 NOTICIAS VARIAS 17
EL LABIR DE LA UME CERTIFICADO PARA REALIZAR PRUEBAS PCR DEL
COVID-19
El Laboratorio de Identificación Rápida (Labir) perteneciente a la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene carac-terísticas
de laboratorio móvil proyectable, con capacidades operativas analíticas de alto nivel de especialización, que
tiene como cometido fundamental el analizar «restos» biológicos o químicos en determinadas catástrofes.
La llegada de la pandemia del SARS-CoV-2 obligó a reaccionar, «Cuando surgió la
Operación Balmis, estudiamos cómo podíamos adaptar nuestra unidad. Llevábamos
años trabajando con las PCR, así que incorporamos las características del COVID-19
para impulsar el uso del Labir en esta crisis en las pruebas PCR que realizamos dentro
de las Fuerzas Armadas» explica la jefa del Labir, la comandante farmacéutica María
José Rodríguez Fernández.
El Labir está constituido por dos «contenedores con posibilidad también de ser
aerotransportados». Están radicados en la Base de Torrejón de Ardoz (Madrid), don-de
se encuentra el Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias. Uno es el lugar de trabajo, el otro el que pro-porciona
la energía necesaria. «Es aquí donde tomamos las muestras biológicas en una cabina de protección nivel 3
(alta protección) para luego extraer el material genético del virus. A partir de ahí, vamos a la Universidad de Alcalá de
Henares, con la que trabajamos conjuntamente. Ya en la Universidad, hacemos una amplificación de ese ARN extraído
que lo transformamos a ADN. Esta es la técnica propiamente dicha y detectamos si las muestras que nos han entregado
tiene amplificación de los genes específicos del COVID-19», explica de forma clara, para no iniciados, la comandante
Rodríguez, jefa del Labir.
El 22 de marzo, tan solo ocho días después de decretarse el estado de alarma,
el Labir comenzó a hacer las primeras pruebas propias de PCR (acrónimo inglés de
«polymerase chain reaction» o reacción en cadena de la polimerasa). Se trata de la
técnica de biología molecular más fiable para probar la existencia de virus o bacterias
en un cuerpo humano. En las tres primeras semanas de actividad el Labir realizó más
de 400 PCR.
El Instituto de Salud Carlos III (referencia en España para estos asuntos) ha validado su capacitación, junto a la de
otros siete centros más, para que puedan realizar esos test de PCR para el diagnóstico de la enfermedad COVID-19. El
reconocimiento, que llegó la semana pasada, llega después de haberles visto trabajar en las pruebas efectuadas. A día
de hoy, son ya 13 los centros que están colaborando para hacer más de 2.000 PCR al día en España.
DÍA MUNDIAL DE LA ENFERMERÍA
La irrupción de la pandemia por SARS-CoV-2 en el normal funcionamiento de la enfermería
militar hizo saltar por los aires los esquemas establecidos y puso a prueba la capacidad de reac-ción
de la organización sanitaria, con especial enfoque en los hospitales militares.
El aluvión de pacientes que no solamente colapsaron las urgencias de nuestros hospitales
militares sino que además obligaron a multiplicar los recursos asistenciales y cubrir, en la medida
de lo posible, la demanda de los servicios de urgencias, el elevado incremento de camas de hos-pitalización
y de cuidados críticos.
La capacidad de adaptación y versatilidad de la enfermería permitió, desde el primer mo-mento
codo con codo civiles y militares de la profesión enfermera, absorber el primer impacto
de la pandemia y junto con otros imprescindibles actores en esta tragedia, como han sido el
personal auxiliar de enfermería, celadores, personal de limpieza y por supuesto nuestra tropa,
preciado tesoro, continuar ampliando las capacidades asistenciales. Bien implementando una
nueva zona de hospitalización asociada a la urgencia como fue el hospital de campaña instalado
en el área de rehabilitación, bien multiplicando el número de camas de cuidados intensivos que
nunca eran suficiente o habilitando para su uso numerosas áreas de hospitalización reservadas
para momentos especiales como en el que se encontraban.
Las nuevas incorporaciones de personal civil y de enfermería militar, estos últimos comisionados procedentes de Uni-dades
de todos los Ejércitos, Armada y Órgano Central fueron organizados e integrados en la nueva estructura generada
por las Direcciones de Enfermería, haciendo gala, como es costumbre en nuestra profesión, de esa creatividad que nos
permite salvar las más variopintas situaciones de carencia y con el trabajo y tesón que nunca se ha echado de menos, han
convertido en familia a nuestros desconocidos pacientes y retos personales los casos más difíciles, cayendo en el combate
bajo el fuego del coronavirus para volver al mismo solventada la cuarentena. Siempre con inquebrantable voluntad de
vencer, al virus toca ahora.
Aunque ha sido dura la batalla de los hospitales no se puede olvidar que otros compañeros aportaban su quintal de
granos de arena, comprobando el estado de inmunidad de guardias civiles, dando apoyo a todas aquellas Unidades que
hoy desinfectaban una residencia de ancianos, mañana un mercado de abastos, o colaboraban como agentes de la autori-dad
en mil ciudades o transportaban lo que fuera preciso, ofreciendo la seguridad a nuestra Fuerza de contar con alguien
que se preocupa por ti.
Como en toda crisis, habrá que hacer el oportuno análisis y ser lo suficientemente humildes para saber aprender de los
errores y mejorar lo bien hecho, pero podemos asegurar que la enfermería incluyendo a la militar ha luchado con pundonor
en el cuerpo a cuerpo del cuidado al paciente en esta pandemia, está haciendo retroceder al enemigo y está venciendo,
aun en un terreno más que desfavorable. La enfermería siempre dispuesta, nunca rezagada.