Page 93

MEMORIAL INGENIEROS 90

MEMORIAL DE INGENIEROS N.º 90 92H I S T O R I A (Riquelme)... que ocupe rápidamente el Alcázar y coja vivos a Moscardó y a Romero... sobre todo a este último quiero ser yo el que le mate”. De las fuerzas nacionales, de la situación del Alzamiento, por la indiscreción del contrario y el silencio en el sondeo de las líneas telefónicas afectadas. Así, “Se intenta hablar con el Sur, consigo pasar algu-nas centrales con engaños, pero cerca de Córdoba me quedo sin línea; intento llegar a Granada y tampoco lo consigo, por lo tanto desde estas poblaciones el Sur es nuestro”. Para entonces ha quedado inutilizada la centralita del Alcázar, pues se han descargado por completo las baterías, con lo que no llegan las llamadas. No obstante, más tarde, dado que por la noche se han recargado algo, empiezan a funcionar otra vez los telé-fonos. Posteriormente, durante el asedio, Barber, que también se ha hecho cargo de la central, con los pocos medios disponibles, algunos terminales y cable de campaña, organizaría mediante una red interior el enlace entre los puntos principales de la defensa del Alcázar. La primera llamada telefónica recibida en la fortaleza desde la capital se produce el día 19 por la mañana y procedía del Ministerio de la Guerra. Una autoridad que se autotitu-laba “Jefe de Servicio” pedía la entrega de las municiones de la Fábrica Nacional. Luego vendría, entre otras, la más principal por su contenido, entre el Jefe de las milicias de Toledo encargadas del asedio y el coronel Moscardó. Se trata de la amenaza de matar a su hijo a cambio de la rendición de la fortaleza. Luego, el incendio del Hotel Imperial y de otras casas de Zocodover acabaría provocando el corte de los hilos telefónicos, quedando el Alcázar definitivamente incomunicado. Respecto a la radio del Gabinete de Transmisiones del Alcázar ocurrió lo siguiente. Pri-meramente, al quedar cortada la corriente eléctrica, se intentó empalmar con la red de la población sin éxito. Luego, tuvo que sustituirse temporalmente su alimentación con las baterías de los camiones, pasando de poder enlazar a solo recibir, hasta que, final-mente, quedó inutilizada, quedando aislada la fortaleza el día 25 de julio. Antes, hasta muy avanzado el asedio no se logró coger ninguna emisora favorable a la causa de los defensores, por lo que se vieron obligados a interpretar con habilidad las informaciones del enemigo para obtener una visión razonable de los acontecimientos. Otro tanto ocu-rriría con las radios de la Guardia Civil. También hubo necesidad de hacer arreglos en la motocicleta que, haciendo de mo-lino, molturaba los granos de trigo con los que se confeccionaba el pan de cada día (nunca mejor dicho), y al faltar gasolina fue necesario montar una transmisión movida a mano. Por lo que el desamparo científico de Barber tuvo una cierta tranquilidad para los problemas citados, pues, aparte de los conocimientos adquiridos en la Academia, “Había(n) trascurrido... en Transmisiones dos años y en Automovilismo de Marruecos el resto, cosas totalmente alejadas de la guerra de minas”. Igualmente durante el asedio hubo necesidad de realizar obras de protección en al-gunos pasos muy batidos por el fuego contrario. Tal fue el caso, a los pocos días, de un camino cubierto desde el comedor a la Puerta de Hierro, donde existía un pequeño muro, para lo que era conveniente la construcción de una trinchera que, quedando adosada, proporcionase una mayor protección a la silueta. Otra similar se construyó frente al Paso Curvo, cuando este quedó inutilizado, así como otra en la explanada del Picadero. Tanto o más sufrido fue el trabajo, muchas veces también bajo el fuego enemigo, de desescombro, en particular en la zona de Capuchinos, para recuperar heridos y muer-tos por la explosiones de la artillería, y en general en toda la fortaleza, donde en algunos sitios era necesario protegerse de los hundimientos. En casi todos, el gasto de energías


MEMORIAL INGENIEROS 90
To see the actual publication please follow the link above