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REVISTA HISTORIA MILITAR 117

EL ATÍPICO VERANO DE 1914: VIEJAS DECISIONES EN LAS… 33 lamentaria se les seguía resistiendo62. Mientras tanto, los franceses seguían con atención el juicio a la mujer del ministro de Finanzas Joseph Caillaux, que dimitió de su cargo el 17 de marzo, por el asesinato del director del pe-riódico Le Figaro. Un nuevo escándalo nacional se sumaba así al inestable panorama político de la Francia de la Tercera República, que en esta ocasión se cobró como víctima política a un firme defensor del entendimiento con Alemania63. Los rusos, por su parte, contemplaron los sucesos de finales de junio y comienzos de julio con notable indiferencia64. Pero en este contexto de calma relativa no resulta extraño que las élites políticas y militares de los Estados europeos, sobre todo de aquellos con mayores implicaciones en los Balcanes, se dispusieran a analizar la nueva situación y comenzaran a esbozar la estrategia a seguir ante las eventualidades que pudieran surgir en el futuro. En efecto, Francia se mostró pronto suspicaz ante las dificultades que podrían producirse en caso de que Rusia la reclamase para defender sus in-tereses en los Balcanes en una hipotética guerra localizada. Siendo realistas, lo que implicaba no poder contar de momento con Inglaterra, en París se tuvo claro desde el principio que la única opción de éxito radicaría en un ataque rápido de Rusia. Sin embargo, Raymond Poincaré, presidente de la República y auténtico hacedor de la política exterior francesa en estos mo-mentos, fue consciente de que la aliada oriental era un gigante con pies de barro, por lo que tampoco pretendió que los rusos adoptasen una conducta excesivamente provocativa hacia Austria-Hungría65. Con toda probabilidad se habló de ésta como de otras cuestiones en las conversaciones celebradas en San Petersburgo entre el 20 y el 23 de julio, durante el transcurso de una de las tradicionales visitas que Francia y 62  Tanto en la prensa como en los debates parlamentarios se hablaba de Europa en segundo pla-no, pues hasta al menos la última semana de julio el tema estrella fue la tensión en el Úlster. HASTINGS, Max: op. cit., p. 99. La historiografía suele pasar por alto la enorme influencia de los sucesos irlandeses en la toma de decisiones de Londres durante la Crisis de Julio y pos-teriormente durante la Primera Guerra Mundial. Algunos autores han tratado recientemente de salvar este vacío, como es el caso de FANNING, Ronan: Fatal Path. British Government and Irish Revolution 1910-1922, Faber & Faber, London, 2013. 63  Así lo mostró cuando fue primer Ministro en la segunda mitad de 1911, cuando tras el des-embarco del Panther en Agadir negoció con Berlín la preeminencia francesa en Marruecos a cambio de importantes concesiones a los alemanes en el Congo francés. Un estudio clásico de la historiografía francesa de las relaciones internacionales sobre el proceso de toma de decisiones durante la crisis de Agadir es el de ALLAIN, Jean-Claude: Agadir 1911: une crise impérialiste en Europe pour la conquête du Maroc, Université de Paris I Panthéon-Sorbonne, Institut d’histoire des Relations Internationales Contemporaines, Paris, 1976. En la misma línea de búsqueda de “fuerzas profundas” que influyeron en la decisión de Caillaux, vid. RENOUVIN, Pierre y DUROSELLE, Jean-Baptiste: op. cit., pp. 423-427. 64  MACMILLAN, Margaret: op. cit., pp. 682-687. 65  Ibídem, p. 688. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 33-56. ISSN: 0482-5748


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