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REVISTA HISTORIA MILITAR 117

EL ATÍPICO VERANO DE 1914: VIEJAS DECISIONES EN LAS… 47 del Foreign Office, entendió mal a Grey107. Sea como sea, lo cierto es que el ministro, reunido a primera hora de la tarde con Lichnowsky, se desdijo repentinamente de sus propuestas. La promesa firme del Gobierno belga de resistir al ataque alemán, la inminencia de la invasión belga por parte de Alemania y sobre todo la decisión del gobierno Asquith de responder ante la violación de la neutralidad belga hicieron a Grey descartar esta iniciativa in extremis108. Para añadir algo más de contradicción al episodio, las evidencias docu-mentales prueban que Grey mantuvo conversaciones con Cambon ese mismo día antes y después de reunirse con Lichnowsky. El contenido de las mismas, curiosamente, varía según la fuente consultada. Según los British Documents, Grey le comunicó al embajador en París Bertie que Francia no debía esperar ayuda inglesa por compromisos con Rusia que solo le atañían a ella –no se-ría así por Bélgica–109. Por el contrario, según los Documents Diplomatiques Français, Cambon telegrafió a Viviani que Grey se había comprometido a proponer a la Cámara una respuesta oficial de Inglaterra si Alemania violaba la neutralidad belga o si se llegaran a atacar las costas francesas o británicas110. Pese a que en cierto modo Grey trataba de continuar los esfuerzos em-prendidos días atrás, es difícil llegar a discernir qué le movió a embarcarse en semejante embrollo de promesas y compromisos que no estaba en dispo-sición de realizar ni de conseguir a estas alturas. Lo que sí parece evidente es que sus gestiones fueron fruto de la desesperación, al ver a Europa y a In-glaterra arrojadas a una guerra generalizada de consecuencias incalculables, así como que fue Bélgica, y no Francia, el elemento determinante a la hora de inclinar la balanza hacia la entrada inglesa en la espiral bélica. También sabemos que los manejos de Grey fueron conocidos en Londres solo cuan-do Guillermo II envió un telegrama privado a Jorge V, recibido casi en la noche del día 1, aceptando la propuesta hecha a primera hora de la mañana –todavía no había llegado a la capital alemana la negativa final–. Grey fue llamado al palacio de Buckingham para escribir una contestación oportuna al káiser, que inició con la frase “tiene que haber algún malentendido”, la cual está en el origen directo de la tergiversación posterior111. Hay que apuntar, por último, que el telegrama del káiser se envió des-pués de que a las 5 de la tarde, poco después de que se hiciera oficial la movili-zación de Francia, él mismo firmase el decreto por el cual Alemania declaraba 107  Este sería el sentido del supuesto “malentendido”. WILSON, Keith M.: op. cit., p. 887. 108  VALONE, Stephen J.: op. cit., pp. 415-416. 109  Ibídem, p. 420. 110  WILSON, Keith M.: op. cit., p. 889. 111  VALONE, Stephen J.: op. cit., p. 422. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 47-56. ISSN: 0482-5748


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