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AEROPLANO 29

Argumentaba Morales, que la caída del Cuatro Vientos al fondo del mar, tampoco era posible, porque sus depósitos de combustible habían sido fabricados para que en caso de amerizaje, vacíos de gasolina, actuaran de flotadores. Asimismo, su caída sobre la superficie del mar con más o menos violencia tampoco era posible, pues al flotar siquiera por unas horas, la fuerza de la tempestad, que tuvo que soportar, lo habría arrojado completo o destrozado a la playa. Por último, Morales opinaba que lo menos probable es que se hubiera hundido verticalmente, hasta el fondo del mar, porque tarde o temprano hubiera aparecido algún vestigio del avión o de sus tripulantes. Mientras no haya pruebas irrefutables de que el Cuatro Vientos cayó al mar, hay que abrigar la esperanza de encontrarlo en tierra. Rubén Morales concluye su libro defendiendo la hipótesis de que el Cuatro Vientos no cayó al mar. En el año 1941, la revista “Hoy” inició una investigación sobre el caso. Para ello desplazó a un reportero y a un fotógrafo al estado de Puebla, en sus límites con los de Oaxaca y Veracruz y publicó una serie de sensacionales reportajes con gran cantidad de datos, citas, nombres y circunstancias en los que se aseguraba que el Cuatro Vientos había caído en esa zona y que posiblemente sus pilotos habían sido asesinados. Así lo manifestaban personas de dicha región. De improviso se suspendieron las informaciones de dicha revista sin ofrecer un final acorde con sus comentarios. Años más tarde, 1947, el diario “Excelsior” desenterró la cuestión y decidió dar por buenos todos los rumores sobre la desaparición del Cuatro Vientos e investigar a fondo todos ellos y ofrecer alguna conclusión, llegando, incluso a proponer la organización de una expedición de búsqueda hasta los lugares señalados por los rumores. Sin embargo, pese al interés desarrollado por este rotativo no pudo llevarse a cabo el proyecto. La versión de que cayó en tierra y que hemos expuesto, con multitud de variantes, circularon boca a boca durante más setenta años. Historiadores aeronáuticos, pilotos de la región, periodistas y pueblo en general, la aceptaron y propagaron como cierta: los pilotos se accidentaron, quedaron vivos y fueron asesinados. Sin embargo una cosa es suponer y otra probar. Durante la primavera de 1964, se publicó en el diario mexicano “Excelsior”, el resultado de las investigaciones llevadas a cabo por Fernando Aranzábal, redactor del citado diario. Durante diez y ocho días, una expedición numerosa re- Los tripulantes del Cuatro Vientos vitoreados en La Habana


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