60 RREEAAGGRRUUPPAADDOOSS EENN EELLCCIIEELLOO UNO DE LOS NUESTROS En memoria del Bg. Tomás Ballesteros Domínguez No hace muy poco tiempo despedíamos al que fuera Guardia Civil, Francisco Morilla, antiguo cabo 1.º Caballero Legionario Paracaidista, del comienzo de los años 80 en la BPAC III. Si su muerte nos pillo desprevenidos por lo repentina, tu muerte también nos ha sorprendido, sabíamos que estabas enfermo y aún así volviste a incorporarte a tu destino, con tu nuevo empleo de Brigada. Fuiste junto a un grupo de cabos 1.º de aquellos años, (yo incluido) que tuvimos la oportunidad de ingresar en la Academia de Suboficiales ya a las puertas de cumplir 30 años, o recién cumplidos y baqueteados por los muchos años de servicio que llevábamos en la BRIPAC. Nuestro gran sueño se cumplía y aunque fue duro y difícil nuestro pasó por ella, el haber sido cabo primero paracaidista y aplicar los rasgos identificativos que teníamos de nuestras unidades de origen, hizo que lográramos alcanzar la meta soñada. Si ya fue complicado para los que veníamos de las banderas, en tu caso el venir del Grupo de Artillería Paracaidista supuso un esfuerzo añadido, pues ya la Básica nos había pillado un poco mayores, nuestra experiencia, el liderazgo que como tú, ejercías durante nuestro periodo escolar de formación, logro que en muchas ocasiones nuestro profesorado supiera a quien debía dirigirse, porque tu carácter les imponía respeto. He de contar varias anécdotas de aquella época, MMoonnuummeennttoo aa llooss ccaaííddooss no hubo momento o lugar donde no estuviéramos el “Trío Mafioso Paracaidista” formado por ti, Lujan y este que suscribe, que no nos encontráramos en el lugar equivocado, con el examen en nuestras manos que no debíamos tener y que casualmente se había dejado el “proto” de turno, en el cajón de la oficina, del aula o de su papelera. Ni siquiera en eso fuiste egoísta, y compartiste parte de aquellos tesoros con gente que luego ni siquiera supieron darte las gracias. Todos aquellos episodios propiciaron que fuéramos Lujan y yo carne fresca para volver a repetir 1.er curso y tú también estabas sentenciado a ello, pero como he dicho antes tenías madera de líder, carácter y subiste a aquella explanada portando el banderín de las “Guardias Viejas de Castilla”, con el ángulo de primero, pero bajaste de ella con los dos ángulos del 2.º curso sobre tus hombros. Y así fue durante los dos años siguientes, donde tu impronta se impuso y conseguiste lo que Lujan y yo no conseguimos, no repetir curso, con el añadido de que pediste Infantería, y eso era como empezar de cero. Estos últimos años, apareciste varias veces por la Base y nos juntábamos los tres para tomar un café y recordar tiempos pasados, en tu cara ya se reflejaba claramente la huella de la enfermedad y las marcas distintas de las operaciones a las que habías tenido que hacer frente, pero todo ello lo llevaste con una naturalidad tan asombrosa, que parecíamos los enfermos nosotros. Ayer en el Tanatorio, tu madre, entre lágrimas, nos decía que se maravillaba de la cantidad de
BOINA NEGRA 283
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