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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA

32 CARLOS J. MEDINA ÁVILA artilleros con una buena formación matemática y técnica. La idea de su creación había surgido hacia 1597 o 1598, cuando Francisco de Bobadilla, conde de Puñonrostro y maestre de campo general de Artillería, hizo hincapié en la necesidad de enriquecer los temas que se trataban en la Cátedra de Matemáticas con otras materias complementarias más encaminadas hacia la artillería, la arquitectura militar y la estrategia52. Estas nuevas disciplinas habrían de desarrollarse en el mismo lugar, pero a horas distintas de las que ya se impartían, y sus profesores no recibirían nombramiento ni sueldo fijo. Entre éstos se encontraba el capitán Cristóbal de Rojas –encargado de Fortificación y Arquitectura militar–, el alférez Pedro Rodríguez de Muñiz –Teoría y práctica de escuadrones–, y el mismo Giuliano Ferrofino, que tenía a su cargo la enseñanza de la Artillería. Este aumento de materias solo se produciría, como máximo, hasta 1600. Este germen dio sus frutos posteriormente, creándose en 1605 la Cátedra de Matemáticas, Fortificación y Artillería, independiente de la anterior, proyecto impulsado por Juan de Acuña, Capitán general de Artillería, y dependiente inicialmente del Consejo de Guerra, que se encargó de su dotación económica. El primer profesor encargado de la misma fue Julio César Firrufino que, en atención a los méritos de su padre Giuliano Ferrufino, había sido admitido como “entretenido” al servicio del Capitán general de la Artillería cinco años antes. Por Real Cédula de 28 de abril de 1605 fue nombrado titular de la cátedra, con la doble misión de enseñar matemáticas, geometría y fortificación en la Corte, y a los niños del Hospital de los Desamparados con la finalidad de que pudiesen servir en el ejército cuando tuviesen la edad adecuada. Aunque fue la institución docente que más tiempo subsistió, no tenía local ni programa fijos. Las clases se impartían en el palacio del marqués de Leganés, Diego Mesía y Felípez de Guzmán, por entonces Capitán general de artillería o en el Palacio Real, que también suministraba la pólvora, los cañones y demás material necesario para las prácticas. Firrufino continuó con sus clases hasta su jubilación en 1650. Durante su larga permanencia en la cátedra consiguió que sus lecciones alcanzaran gran prestigio. A Firrufino le sucedería Luis Carducho, sobrino del pintor español de origen italiano Vicente Carducho, y a éste Genaro María Aflitto en 1656 -aunque no sería nombrado hasta dos años después-, Gerónimo de Soto en 1665, Juan de la Rocha, Jorge del Pozo y Juan Asensio –interina-mente-, hasta que en 1683 se hizo cargo de la misma el teniente de campo, general Julio Bamphi. En el nombramiento de los catedráticos solo se les 52  DÍAZ MORENO, Félix: “Teoría y práctica del arte de la guerra en el siglo XVII hispano. Julio César Firrufino y la artillería”, en Anales de Historia del Arte, Vol. 10. Madrid, 2000, págs. 169-205. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 13-72. ISSN: 0482-5748


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