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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015

EL «COMBAT CAMERA» UN CAPACITADOR EN LA PREPARACIÓN Y EN LA EJECUCIÓN DE LAS OPERACIONES Alejandro Escámez Fernández. Coronel. Infantería. DEM. El «combat camera» o fotógrafo de combate, aisladamente o formando parte de un equipo «combat camera team» se ha convertido, en los ejércitos de algunos países, en un capacitador de extremada valía tanto en la instrucción y adiestramiento, como en el planeamiento y ejecución de todo el espectro de operaciones de combate y no combate posibles. El «combat camera», no es ni un periodista empotrado en una unidad, ni un componente de la Oficina de Información Pública o Comunicación (Military Public Affairs Office). El «combat camera» es un militar, o en el mejor de los casos un equipo de militares experimentados y altamente adiestrados, capaces de integrarse en cualquier unidad, escenario y situación, para llevar a cabo la toma de imágenes (terrestres, aéreas o submarinas), que requiera el comandante de una operación de cualquier nivel de mando (táctico, operacional o estratégico) y satisfacer las necesidades de planeamiento o ejecución de las operaciones. Sus imágenes son un elemento de alto valor en apoyo a las actividades de Información e Influencia (ya sea en apoyo a las operaciones, inteligencia, decepción, asuntos civiles, comunicación pública, conocimiento cultural, adquisición objetivos…) así como soporte legal de las operaciones. Hasta la fecha, la figura del fotógrafo en las operaciones ha estado más relacionada con los medios de comunicación y la necesidad de informar a la opinión pública de lo que sucede en 12  REVISTA EJÉRCITO • N. 893 SEPTIEMBRE • 2015 los conflictos. Sin embargo, la figura del fotógrafo de combate ha adquirido en este siglo una dimensión distinta, particularmente, por ser esta una era donde la «batalla de las narrativas de los conflictos» (propaganda) es la clave para inclinar la balanza en favor de uno de los contendientes, y en una época donde el viejo adagio de «una imagen vale más que mil palabras» se hace más realidad que nunca, particularmente, en países donde el índice de analfabetismo no supera los umbrales occidentales. Desde la Antigüedad Clásica, la guerra ha sido contada y representada de distintas formas; quizás se puede atribuir a Tucídides el calificativo de primer corresponsal de guerra, al describir con todo detalle las guerras del Peloponeso. No obstante, la figura del reportero de guerra, como periodista especializado y dedicado a fotografiar y narrar las contiendas, aparece en el siglo XIX, cuando el periódico británico «The Times» destaca, por vez primera, a un corresponsal para cubrir la Guerra de Crimea, pues hasta esa fecha, la narración de los conflictos la realizaban los propios oficiales contendientes. Desde ese momento, todos los conflictos han sido cubiertos por corresponsales de guerra. En la Primera Guerra Mundial los reportajes ya se empezaron a usar como herramienta de acción política, pero fue en la Segunda Guerra Mundial donde aparecieron lo que hoy denominamos periodistas empotrados (embedded reporters). La necesidad de mantener al pueblo norteamericano


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015
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