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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015

construido enteramente en un aula. A través de su libro La Infantería al ataque donde describe sus vivencias en la Primera Guerra Mundial podemos encontrar una acción muy similar en el frente Oeste3. A principios de octubre de 1916, el entonces teniente Rommel del Batallón de Montaña Würtemberg estaba en unas posiciones a corta distancia de los franceses en los Altos Vosgos, Francia, cuando recibió la orden de ejecutar un golpe de mano para capturar prisioneros. Las posiciones distaban ciento cincuenta metros pero había tres cinturones de alambradas en el lado francés para las que se requerirían horas para abrirse paso. Después de hacer varios reconocimientos con sus dos suboficiales, y de observar las rutinas de la posición enemiga, llegó a la conclusión de que sólo atacando por el flanco o a la retaguardia los puestos fortificados de centinela podrían tener éxito. Su plan consistió entonces en salvar el campo de alambradas a medio camino entre dos puestos, entrar en la 36  REVISTA EJÉRCITO • N. 893 SEPTIEMBRE • 2015 trinchera y asaltar a los puestos por detrás para después exfiltrarse de la manera más rápida posible. Él pensaba que la acción requería unos veinte hombres, ya que tenía que dividirse al llegar a la trinchera hostil, tenía que planear como sacar los equipos y además necesitaba un margen de reserva para una posible reacción local de la trinchera. Una partida de cortadores de alambre debía situarse enfrente de cada uno de los puestos enemigos sin hacer nada, hasta que los asaltantes comenzaran la acción principal y entonces harían el sendero para el escape de los asaltantes. El 4 de octubre fue un día lluvioso, frío y desagradable, un tiempo que Rommel consideró perfecto para el golpe de mano. Tres horas antes de la media noche, en una oscuridad absoluta, comenzaron el avance los cortaalambres. Hacia la media noche, habiendo reptado penosamente cortando sólo los hilos inferiores, llegaron al segundo cinturón de alambres cuando ocurrió la primera contingencia. Una patrulla francesa hizo la ronda por las trincheras a escasos dos metros de su primer hombre en la hilera. Atacar entonces sin que el equipo de asalto hubiera superado el obstáculo era malograr la misión, por lo que los dejó pasar. Una vez en la trinchera se dividieron los equipos y comenzaron el avance. Cuando el equipo de Rommel estaba sólo a unos pasos de su objetivo, oyeron de repente el rebote de una granada contra la pared de la trinchera seguida de una explosión que tumbó al primero y atascó al resto. Entonces sin vacilar, Rommel ordenó el asalto y con pistolas y lanzando granadas despejaron el ramal y, linterna y pistola en mano, comenzaron apresuradamente a buscar entradas de refugios. Entonces encontró un agujero de unos 70 centímetros, se metió a gatas y halló a siete soldados franceses completamente armados a los que tras un breve altercado los desarmó. Los sacaron, recibió las novedades de su otro equipo de asalto que había capturado otros dos prisioneros y dio la orden de replegarse sin que las reservas enemigas entrasen en acción. Llegaron a sus líneas sin novedad. La lectura del relato no deja lugar a dudas acerca de dónde se inspiró para el tema, y explica el porqué de buscar los ramales de unión para atacar después por el flanco y retaguardia a Croquis 8. Lo que realmente ocurrió en el golpe de mano que ejecutó el teniente Rommel el 4 de octubre de 1916 en los Altos Vosgos y que posteriormente inspiró el tema de estudio


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