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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2015

TEMAS GENERALES expansivo, en el pueblo y los dirigentes, fruto de la Reconquista, fueron grandes en la mar desde el XV al XVIII. Situación, esta de avanzada sobre el océano, reconocida desde bien pronto, incluso por quienes solamente de guerrear en las grandes llanuras europeas sabían, como se desprende de la arenga atribuida al godo Ataulfo, en el año 414, y en Barcelona, cuando se disponía para la guerra contra los vándalos que ocupaban el interior de esa Península: «...de ninguna parte mejor que desde Hispania podéis aspirar al dominio universal; porque su situación la hace cabeza de la tierra, habiéndole dado la Naturaleza por muros a los Pirineos y por fosos al uno y otro mar Océano y Mediterráneo, con puertos capaces de grandes armadas para salir a las empresas.» Pero, si bien su situación geográfica podría llevar a suponer una profunda conciencia marítima en nuestra nación, dos circunstancias, estimo, han dificultado que esta cuajase: — Física la una: dos altas y aisladas mesetas, con una estrecha faja litoral ampliada únicamnete en la desembocadura de dos valles, aislados también de la meseta, periféricos, el del Ebro al NE, al SSW el del Guadalquivir. — De carácter la otra: forjada en un interminable guerrear en tierra para recuperar, de norte a sur, el territorio perdido, cuando el tiempo de hacerse a la mar llegó, sus gentes de mar pusieron en sus manos inmensos territorios, y así, en tanto esas gentes de mar seguían alumbrando mares, las fuerzas de la nación se volcaban en colonizar las tierras que con ese alumbramiento se abrían; nada menos, pero nada más. Y sin embargo, desde siempre, en esta estrecha faja litoral la gente de mar supo que por ella llega el futuro, que en ella es donde el Hombre, a sus únicas fuerzas librado, puede alcanzar… cuanto soñar sueñe. No, nunca faltaron grandes navegantes y guerreros por mar en nuestra España; a ellos, y a la Mar, debió España su grandeza, y la conciencia de que el Mundo estaba al alcance del Hombre, la Humanidad. Antes he dicho que las dos mesetas, núcleo geográfico de Iberia, no propician el que nuestra España haya visto la Mar como su camino, y quizá pequé de injusto con la orografía al hacerlo sin matizar: altas y aisladas, cierto, mas ambas inclinadas suavemente hacia el oeste, diríase que buscando con las flechas de sus grandes ríos (Duero, Tajo y Guadiana), la mar, ríos que «cruzan el corazón de roble / de Iberia y de Castilla» (A. Machado) y, cuando la mar alcanzan, lo son de Iberia y Portugal. Portugal… el rostro, a decir de Pessoa, con el que Europa «Con mirada de esfinge, fatal, mira / a Occidente la mar futuro del pasado». 460 Octubre


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