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con el director de la Escuela, José Pazó Montes, recibe el visto bueno de éste para iniciar la tarea. Los planos de montaje fueron obtenidos vía Pedro Fernández, así como el motor con el que pensaban equiparlo: un AVA-4A de 30 H.P. La construcción se inició durante el año 1953, colaborando en el proyecto prácticamente la totalidad de alumnos del curso bajo la dirección de Corbellá. No obstante, durante las siguientes semanas el número de participantes fue disminuyendo. Finalmente, tan sólo intervinieron los alumnos Delgado, Núñez, Pascual y Quesada. Los progresos pronto se hicieron evidentes. A finales de ese mismo año el Turbulent ya se encontraba terminado, siendo posteriormente trasladado a las instalaciones del INTAET en Torrejón de Ardoz. Allí, el avión fue sometido a una serie de duras pruebas estructurales, principalemente centradas en las uniones con cola. El pequeño Turbulent no logró superarlas según estos estándares, por lo que, paulatinamente, quedó destrozado. En 1956, apenas existía algún rastro que de él. El trabajo en equipo fue igualmente la fórmula elegida por cuatro profesores de la Escuela A, de Aeromodelismo del Frente de Juventudes de Madrid, para sacar adelante su proyecto, en su caso la construcción de un Jodel D.9 Bebé. Aprovechando sus ratos libres, José Luis Abellán (jefe de la Escuela), Rafael García Albalá, José García Palazón y Luis Lozano Sebastián, durante 1953 inician la construcción de su avión en los locales de la Escuela tomando como base un juego de planos adquiridos en Francia. Cada uno tenía asignado su cometido. Lozano, por ejemplo, estuvo encargado del capítulo relacionado con los herrajes. A otros se les multiplicaban los cometidos, como le sucedía a García Palazón, periodista, responsable también de suministrar las imprescindibles viandas. La construcción de la estructura les llevó tan sólo tres meses, llevándose a cabo gestiones cerca de Aviación Civil para que los inspectores realizaran las correspondientes revisiones asociadas a las encoladuras antes de aplicar el revistimiento textil. Sin embargo, el tiempo fue pasando sin recibir respuesta por parte del organismo oficial. Tal circunstancia jugó en contra de los entusiastas constructores, una vez contemplaron como la cola de casina usada comenzaba a cristalizar. No quedó más remedio que dejar aparcada la construcción. En cierta ocasión, el Ministro del Aire, González Gallarza, realizó una visita a los locales de la Escuela. Observando la Jodel en proceso de montaje, el Ministro se interesó de inmediato por el trabajo, prometiendo a los constructores la cesión de un motor Volkswagen procedente de una furgoneta del Ejército del Aire, de la misma marca, que había sufrido un accidente y se encontraba fuera de uso. José Luis Abellán abandonó la Escuela en 1954, y la Jodel Bebé quedó arrinconada en uno de los locales. No obstante, todavía daría signos de vida en 1955, cuando su presencia fue requerida para permanecer expuesta en el stand que la Escuela de Aeromodelismo tenía asignado durante la celebración de la 1ª Exposición Aeronáutica organizada por la revista Avión. AERO DIFUSIÓN S.L. Y OTROS. LA FILOSOFÍA AMATEUR CREADORA DE UN EMPRESA AERONÁUTICA Algo fuera de lo común parecía estar sucediendo en el cuarto trastero del Bar Lisboa, situado en los bajos del Casino Sardinero en la ciudad de Santan- El Ministro del Aire, González Gallarza, inspecciona el puesto de pilotaje del Jodel D.11 durante su presentación oficial en los terrenos del Real Aero Club de España, en el aeródromo de Cuatro Vientos. Pedro Fernández aparece igualmente en escena, mientras puede observarse que el Jodel luce ya el logotipo de Aerodifusión S.L.


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