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23 Efectivamente, en 1902 Torres Quevedo solicitó la patente en Francia por “Perfecctionnements aux aérostats dirigeables” 1. El inventor español había concebido una compleja estructura interior, situada a lo largo de la envuelta del aerostato: una viga funicular de sección triangular constituida por cuerdas, cortinas permeables y cables de metal, quilla y largueros que se “rigidificaban” conjuntamente por la sobrepresión del gas. A esta estructura estaría aneja la barquilla, diseñada para ser emplazada pegada por fuera a la parte inferior de la envolvente. Este sistema original evolucionó en 1904 hacia un dirigible autorrígido basado en una estructura interior triangular construida solamente con elementos no rígidos, determinando una envolvente con una novedosa forma trilobulada. Después de efectuar los primeros ensayos de su sistema en el Parque de Guadalajara entre 1906 y 1908 (ensayos que analizábamos detalladamente en el mencionado artículo publicado en Aeroplano), la patente fue adquirida por la casa francesa Astra, la cual fabricaría más de treinta unidades entre 1911 y 1925: los “Astra-Torres”. Además, en el Reino Unido se construirían entre 1915 y 1919 más de sesenta unidades basadas en el diseño de Torres Quevedo de tres series sucesivas: los “Coastal”, “Coastal Star” y “North Sea”. Finalmente, la también francesa casa Zodiac fabricó otros dos dirigibles autorrígidos trilobulados entre 1931 y 1936, los “V-11” y “V- 12”. Sin embargo, el número de soluciones posibles al problema de la navegación aérea mediante dirigibles contenidas en los diseños torresquevedianos, es decir, el número de sistemas diferentes que se desarrollaron a partir de las ideas contenidas en las sucesivas patentes aeronáuticas presentadas en 1902, 1906, 1911, 1914 y 1929, prácticamente cubrirían más de 100 años en la Aerostación dirigida. Veámoslo todo ello en detalle. TORRES QUEVEDO Y EL PROBLEMA DE LA NAVEGACIÓN AÉREA, 1902 El ingeniero español Leonardo Torres Quevedo está empezando a ser reconocido mundialmente por sus destacadas contribuciones a la Historia de la Ciencia y la Tecnología. En 1887 patentó en los países más avanzados de Occidente (Alemania, Reino Unido, Francia, Suiza, EE.UU., etc.) el “transbordador”, un sistema de teleférico por cables múltiples de tensión constante que se convertiría, tras su apertura al público en San Sebastián en 1907, en el primer teleférico para pasajeros de la historia. Mientras los tecnólogos estaban construyendo máquinas mecánicas para resolver operaciones aritméticas, Torres Quevedo concibió entre 1893 y 1895 máquinas de calcular que resolvían ecuaciones algebraicas (e imprimían las soluciones). En 1896 patentó los “indicadores coordenados”, la primera concepción de un navegador urbano y precursor del GPS. En 1902 inventó el primer aparato de mando a distancia de la historia, el “telekino”. En 1912 construyó un jugador de ajedrez automático, la primera máquina dotada de “inteligencia artificial”. En 1914 publicó los Ensayos sobre Automática, la que probablemente sea la obra cumbre de la Historia de la Ciencia española. En 1916 el “Spanish Aerocar” del Parque del río Niágara, en Canadá, se convirtió en el primer teleférico de pasajeros de toda Norteamérica, sobrevolando también territorio de los EE.UU. desde hace más de 90 años sin haber sufrido ningún accidente. En 1920 presentó en París el primer ordenador efectivo de la historia, el “aritmómetro electromecánico”. Etc. Pero en 1901 Torres Quevedo se había embarcado en la búsqueda de la solución de uno de los grandes problemas pendientes que tenía la humanidad al comenzar el siglo XX: el problema de la navegación aérea. En aquellos momentos la Aviación no existía (de hecho, el primer vuelo de los hermanos Wright, planeando a ras de suelo unos metros, no


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