Page 102

REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

EL TENIENTE gENERAL DE LA ARMADA DON JOSE PRIMO DE RIVERA y SU ... modesto hostal del cercano pueblo de Almuradiel. Desde allí acudían a diario al palacio del Marqués de Santa Cruz (sede del archivo-museo) para que don Homero desarrollase su investigación, esfuerzo que al año siguiente mereció la publicación de su libro sobre el apostadero montevideano. Esta publicación, de 272 páginas agrupadas en seis capítulos, incluye varios anexos documentales que debemos analizar, muy en especial el número 20, en el que se detallan buena parte de las declaraciones y exposiciones expresadas por parte de los marinos incriminados en los juicios instruidos por la Real Armada en la denominada «causa de la rendición de la plaza y la escuadra de Montevideo » (6). De la lectura de dichas páginas se infiere que la situación que sobrellevaba España en 1815, año del que parten estos procesos, no podía ser más grave. La Monarquía había perdido el control del Río de la Plata de resultas del combate naval del Buceo (16-17 de mayo de 1814), que culminó con la infortunada capitulación de la plaza de Montevideo, cuyas cláusulas solo fueron cumplidas por los peninsulares (7). y, si bien durante aquellos años se señalaba la posibilidad de que desde la Península zarpara una expedición para recuperar esos territorios australes, la situación interna de España lo impidió. Muestra de lo dicho son las idas y venidas de la expedición Morillo, que finalmente sería enviada sobre Nueva Granada. La pérdida de Montevideo: galería de personajes «El Plata es el único y verdadero antemural de la América del Sur». Esta frase del mariscal Cevallos, primer virrey platense, en aquel año de 1814 confirma la gravedad de los hechos, y es de notar que la pérdida de Montevideo había llegado en el momento más oportuno para la causa independentista, justo cuando el Deseado era repuesto en el trono hispano. En aquellos años turbulentos se escribieron algunas de las páginas más amargas de la crónica de España —entre ellas, el ocaso del Imperio— y se abrieron heridas que no cauterizarían hasta bien entrado el siglo XX. Durante el periodo que vamos a reseñar en estas páginas (mayo de 1810- junio de 1814) prestaron servicio en aguas del Río de la Plata una serie de prestigiosos marinos que vivieron en cuerpo y espíritu la caída del bastión montevideano. En cabeza de estos prohombres debería figurar siempre el brigadier don josé M.ª de Salazar, pues su estancia platense legó a la posteridad un fondo documental que aporta a los investigadores un fiel reflejo de (6) MTNEZ. MONTERO: op. cit., p. 248. (7) Apenas traspuestas las puertas de la ciudad, el general Alvear abjuró de lo firmado pocas horas antes: «Dueño Alvear de la plaza su primer cuidado fue faltar a la fe de lo pactado, haciendo desarmar la tropa española, la cual fue incorporada al ejército argentino. El mismo gobernador Vigodet fue arrestado y enviado después a Río de janeiro en un mercante». THOMAS, Eduardo: Historia nacional. Montevideo, 1950, p. 185. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 101


REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124
To see the actual publication please follow the link above