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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

gERARDO MANUEL LóPEZ gARCíA emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Leopoldo I de Habsburgo Lorena, quien quería para su hijo Carlos la corona de España y no estaba dispuesto a pactar con los Borbones— rehusó; 3) alentar, con su presencia, a las tropas españolas que defendían aquellos terrenos, asediados por las tropas del Emperador. De Nápoles, el rey, con un ejército de 2.000 hombres, subió a Génova y Milán, en cuyas cercanías se unió a los 30.000 hombres del ejército francés en Italia, al mando del duque de Vendôme. Las tropas hispanofrancesas se enfrentaron a las imperiales, a las que vencieron el 15 de agosto de 1702 en la batalla de Luzzara, en las márgenes del río Po. El combate, muy violento, se vio interrumpido a la caída de la noche, que ambos bandos aprovecharon para fortificar sus posiciones. Si tácticamente el choque se saldó con empate, a efectos estratégicos la victoria fue de las tropas hispanofrancesas, ya que las del Emperador abandonaron el campo de batalla en noviembre de aquel año. La guerra se extendió a Flandes, donde las tropas hispanofrancesas se enfrentaban a las del Emperador, aliado de británicos y holandeses. Detrás de la oposición al reinado de Felipe V alentaba el temor a que España y Francia, reinos regidos por la misma dinastía borbónica, terminaran uniéndose políticamente. La actuación en territorio español fue diseñada por el príncipe de Hesse-Darmstadt y por juan Tomás Enríquez de Cabrera, almirante de Castilla, bajo la dirección de Guillermo III de Inglaterra, aunque, al fallecer este por accidente en marzo de 1702, la labor de principal agitador y alma de las negociaciones recayó en Ana de Dinamarca, quien siguió fielmente el plan que encontró preparado. El ataque a Cádiz en 1702 Pero peor fue la fase marítima del conflicto. En el marco de esta, el 23 de agosto de 1702, una imponente flota aliada se presentó a la vista de Cádiz. Integraban esta fuerza, al mando del almirante británico sir George Rooke (8), 30 navíos, 6 fragatas, 2 corbetas, 5 bombardas y 9 brulotes, pertrechados con 2.570 cañones y con una dotación conjunta de unos 16.400 hombres. La acompañaba una escuadra holandesa compuesta por 20 navíos, 3 fragatas, 3 bombardas y 3 brulotes, con 1.580 bocas de fuego y una dotación de 10.850 hombres. A estos efectivos se sumaban una serie de embarcaciones auxiliares y de transporte, muchas de ellas con su correspondiente artillería. Las fuerzas de desembarco de la escuadra conjunta, que puso sitio a la ciudad de Cádiz, las mandaba sir james Butler, duque de Ormond. La responsabilidad política (8) A las órdenes del almirante sir George Rooke se encontraban el vicealmirante Thomas Hopsonn, el contraalmirante sir Stafford Fairborne, el contraalmirante john Graydou y el almirante holandés Philips Van Allemond, de quien a su vez dependían el teniente almirante holandés Callenberg y el vicealmirante holandés Van de Goes. 34 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 124


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