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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

MATAgORDA: BALUARTE gADITANO desmanes perpetrados en El Puerto de Santa María (20). El Emperador, en fin, atribuyó todo el fracaso a la indolencia de los británicos, que tampoco se oponían de plano a que un Borbón reinase en España. La gaceta de Madrid dio la noticia del fin de la batalla comunicando que los invasores habían sufrido un severo castigo y que su cifra de muertos, entre los que se incluía un general, superaba los 3.000 combatientes. La escuadra se refugió en un puerto portugués para reparar averías, una parte de ellas producidas por un incendio en el buque insignia. La Guerra de la Independencia No fue esta la última actividad bélica en la historia del castillo de Matagorda. Cuando el cerco de Cádiz (21), en 1810, por las tropas francesas del mariscal Victor, la fortaleza representó un papel importante en el curso de los acontecimientos. Esta vez a los franceses les tocó atacar, y a los británicos, auxiliar a los españoles. En dos ocasiones el castillo de Matagorda fue partícipe en acciones bélicas en defensa de la libertad de España, secuestrada por la invasión napoleónica. Desgraciadamente, la construcción y el mantenimiento de la fortaleza, emplazada en lugar estratégico, no estaban en consonancia con la importancia de su ubicación (22), por lo que el resultado, en ninguno de los dos episodios, fue muy favorable que digamos a los defensores del castillo. La primera fue la participación en 1808 en la rendición de la flota francesa, refugiada en Cádiz después de la acción de Trafalgar, y la segunda, su utilización, primero por los españoles y después por los franceses, en las acciones del cerco a Cádiz. Cádiz se había convertido en la capital de la España alzada contra Napoleón. En ella se refugió cuanto de antifrancés quedaba en el paisanaje del país —lo bueno y lo malo— y en ella se elaboró un producto legislativo conocido como la primera Constitución española, no siempre bien entendida ni nunca asumida por toda la nación (23). Fiel trasunto de la Constitución francesa de (20) El mismo Campbell, en Lives of the British Admirals and Accurate Naval History, escribe: «This bad behavior had a terrible effect, for it gave the Spaniards an idea, that they were to do with an impious, drunken, an debauched people, without morais, and without discipline». (21) El ataque dio comienzo el 5 de febrero de 1810. El cerco se levantó el 24 de agosto de 1812. (22) Así, el teniente general Graham comenta en sus memorias: «Fui en barco con el capitán Shortland a Matagorda (…) Es un lugar miserable y debe caer en cuanto sea atacado seriamente al no disponer de refugio contra las bombas». (23) «Por primera vez en el mundo hispánico, un pequeño grupo de irresponsables se abrogó la representación del pueblo y vino a ser “el pueblo” por excelencia, en tanto el verdadero pueblo español se entregaba con toda el alma a la causa del rey y de la Iglesia. Se inició entonces en Cádiz la inmensa farsa de las democracias hispánicas. El clérigo Muñoz Torrero fue quien proclamó que en aquellas Cortes, la mitad de cuyos miembros eran suplentes, “residía la soberanía nacional”». LOZOyA, marqués de: Historia de España, t. V. Salvat, Barcelona, 1969, p. 169. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 39


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