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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

TEMAS GENERALES sobre la cual tiene una autoridad equivalente á la del sargento en la tropa. Usa de uniforme particular á su clase; y en las faenas ordinarias se distingue con un pito de plata de forma particular y peculiar á su objeto que lleva pendiente de un cordón de seda negro enlazado en un ojal de la chaqueta y con el cuál manda las maniobras bajo la voz del oficial de guardia, ó por sí mismo en las faenas mecánicas del arte.» Es curioso advertir que estos saberes y habilidades no merman el paso del tiempo, sino que, si cabe, han aumentado. A este respecto, el moderno manual del contramaestre señala: «El contramaestre que embarca en una de nuestras fragatas tiene que poseer conocimientos en temas como seguridad interior, operaciones de vuelo, seguridad operativa y por supuesto los propios de su especialidad». En buques escuela como el Juan Sebastián de Elcano, maniobras tan frecuentes y esenciales al andar de un barco como los cambios de rumbo y las viradas se comunican asimismo con el chifle, del que hacen uso los contramaestres de cada palo tras recibir la orden del puente o del oficial de guardia en cubierta. Por ejemplo, la virada por avante se inicia con la pitada que comunica «listos», como se inicia asimismo la de virar por redondo, siguiendo a esta última las de largar escotas en los cangrejos proeles, largar escota en los popeles, cazar los cangrejos proeles al medio, etcétera, en unas maniobras que exigen la máxima sincronía y donde la comunicación ha de ser perfecta (28). Volviendo al sentido original de su definición, indiquemos que el chifle o pito marinero es un instrumento agudo y estridente, lo suficiente como para poderse escuchar en mitad de una tormenta o de una racha de viento, asegurando que la dotación pueda reconocer y ejecutar las órdenes del mando. Representar protocolariamente y trabajar técnicamente son una dualidad física, que se realiza con el mismo instrumento y técnica: el chifle sirve para anunciar la llegada a bordo del comandante, pero se emplea también para una acción que no es protocolaria y no suele estar a la vista de todos, aparentemente tan sin importancia o anodina como hacer ceñir un barco, aunque esto último no sea baladí, pues en la maniobra se puede comprometer la seguridad del buque y contribuir, o no, a cumplir la misión ordenada por el Almirantazgo, al que se asocia el interés mismo de la Corona. Por las Ordenanzas Navales de 1793, conocemos asimismo que el chifle o pito marinero se sigue utilizando con profusión, ordenando el rey Carlos III (28) El sistema de comunicación ha de estar bien ajustado, entre otras razones y por ejemplo ante un mal estado de la mar o un viento duro que dificulte el par de proa, debiéndose a este último caso, a la pitada de listos y a las pitadas que indican estas órdenes, cargar previamente el juanete y el velacho alto para evitar que pueda rendirse el mastelero. 22 Julio


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