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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

RuMBO A LA VIDA MARINA (Arquímedes al canto) y ambos vectores actúan en la misma vertical, tanto el pez como el submarino se mantendrán en flotación neutral, inmóviles, entre dos aguas, y este efecto y nada más es el que regula el funcionamiento de la vejiga natatoria, además únicamente operativa a determinada profundidad, ya que la presión hidrostática depende de ella y el pez no puede «pararse» donde quiere, sino donde puede, pues si sube la vejiga se expande y tiene que nadar activamente hacia el fondo para evitar reventarse, efecto que conocemos todos los pescadores de caña cuando subimos bruscamente al muelle un pescado con un tirón del sedal o con el carrete: por su boca emerge una especie de saco muy aparatoso que no es otra cosa que el estómago del pez impulsado por la expansión descontrolada y violenta de la vejiga natatoria en descompresión. Convendrá conmigo el lector que a este nivel y con tales limitaciones las comparaciones entre el pez y el submarino pueden llegar a ser odiosas. Entonces, ¿para qué sirve esa bolsa de paredes flexibles, llena de gas, que la ciencia apoda vejiga natatoria? Pues sirve porque los peces más antiguos, agresivos, veloces, maniobreros, longevos y eficaces de la mar, como son los elasmobranquios, tiburones y rayas, carecen de vejiga natatoria y por tanto no pueden dejar de nadar porque se hunden, y jamás se podrán quedar quietos, excepto Foto de un nautilus capturada en Internet. Obsérvese el gran ojo, los numerosos tentáculos y el intricado sistema de compartimentos estancos que forman la concha de este pulpo, que es un fósil viviente. 68 Julio


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