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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 900

DOCUMENTO La Artillería en la Gran Guerra REVISTA EJÉRCITO • N. 900 ABRIL • 2016  89  Rafael Vidal Delgado. Coronel. Artillería. DEM. (R) Juan José Toledo. Arqueólogo CONSIDERACIONES PREVIAS El empleo de la artillería de campaña (ligera y pesada) y la de costa y plaza, y, en menor medida, los prolegómenos de la antiaérea, ha sido tratado en distintas obras narrando de forma pormenorizada las batallas y los grandes enfrentamientos artilleros. La artillería se convierte en el arma sofisticada de la guerra, oscurecida en una pequeña parte por la utilización de los aeroplanos y los carros de combate o tanques. Por ello, en el presente trabajo se pretende analizar el porqué de la situación inicial del cañón y de los procedimientos de combate, y para eso tenemos que remontarnos cerca de 75 años atrás, con objeto de relacionar, de una forma breve aunque lo más detallada posible, todos los adelantos industriales producidos, los cuales, aunque destinados a la vida civil, fueron adaptados para su empleo junto con las armas y los procedimientos. En una segunda parte se tratará la evolución de la artillería, fundamentalmente de campaña, en las distintas fases de la guerra. Muchas veces se ha oído hablar de la «paz armada», definida como el incremento armamentístico de los países europeos enfrentados entre sí por cuestiones geopolíticas. Siendo correcta la definición, habría que incidir e insistir en que esta carrera de armamentos pudo llevarse a cabo debido a la gran cantidad de adelantos tecnológicos que se produjeron en el siglo xix y principios del xx. SITUACIÓN AL INICIO DE LA GUERRA MUNDIAL La guerra de Crimea, en la década de los cincuenta del siglo xix, constituye un punto de inflexión en el arte de la guerra y en los avances tecnológicos. La propia existencia de la guerra supone una dicotomía entre ataque y defensa, materializada no solo en el campo de batalla, con dos ejércitos enfrentados, sino en los intentos de forzamiento de las plazas fuertes, de modo que nacen la poliorcética, que fue perfeccionándose en la guerra moderna, y la coraza, que parecía que ganaría la contienda a la espada. Los inventos se suceden a velocidad de vértigo. Willian Wilkinson, en 1854, descubre el hormigón armado que, junto con los aceros Bessemer (1856) y Siemens (1857), iba a provocar una revolución en la construcción de edificios, por sus estructuras de hierro y hormigón, de tal forma que solo hizo falta unir el conjunto al recién inventado ascensor. Ni que decir tiene que estas técnicas fueron aplicadas a la artillería, por ejemplo colocando el cañón en una torre, bien a barbeta o protegido, con varios pisos hacia abajo, donde se situaba todo lo necesario para la permanencia de la pieza:


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