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REVISTA GENERAL DE MARINA JUNIO 2016

TEMAS GENERALES Recientemente, el presidente de Odyssey Marine Exploration, Mark Gordon, ha dicho que el valor de los 11 millones de monedas de oro más los lingotes podría llegar a ser de 6.000 millones de dólares. En las primeras horas de la mañana del viernes 27 de noviembre de 2015, la Armada colombiana localizaba el pecio del galeón San José en el fondo marino del Caribe. No hubo dudas sobre la veracidad de la localización, al reconocer con las técnicas actuales de visión submarina los cañones de bronce con tallas de delfines, que según el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia pertenecían sin duda al galeón que trataban de localizar. La expedición a bordo del buque colombiano Malpelo, integrada por un grupo de científicos colombianos y de otras nacionalidades, anunció el hallazgo de uno de los pecios más importantes de la arqueología submarina. La transmisión inmediata de imágenes captadas del lecho marino mostraba más de cien objetos de un gran valor cultural e histórico, entre los que se encontraban vasijas y frascos de la época de cerámica y cristal, empuñaduras de sables y espadas y algunos restos del galeón, que constituían este importante pecio y que descansaba sobre uno de sus costados. Ante la importancia del hallazgo, el presidente Santos se apresuró a declarar que la información quedaba bajo reserva de ley, al ser un asunto de Estado, que se seguiría con los trabajos de rastreo del fondo marino y con la investigación científica, y declaraba que el tesoro subacuático encontrado era patrimonio de todos los colombianos. Como medida preventiva, debido a la importancia del pecio encontrado, anunció que se construiría un museo en Cartagena de Indias, con el compromiso de que buena parte del tesoro permanecería en dicha ciudad. Si la localización del pecio se hace en aguas territoriales, zona contigua o zona económica de otro país, como en este caso, la situación se complica porque se enfrentan los intereses de la empresa que lo encontró, los del pabellón que lo reclama como buque de Estado y los del país en cuyas aguas se produjo el naufragio y donde está el pecio, que alega le pertenece por estar en su territorio, como ha declarado recientemente Colombia en el caso del San José. Se enfrentan aquí tres fundamentaciones jurídicas: la de Colombia, que dictó una ley en 2013 específica sobre Patrimonio Cultural Subacuático, una vez que supo la importancia y el valor del pecio, y que además no ratificó nunca el Convenio de la UNESCO de 2001; la de España, que sí lo ratificó y a la que da la razón en cuanto a la inmunidad soberana de los barcos de Estado, como el San José, del que nunca se declaró abandono; y los intereses de la empresa norteamericana Sea Search Armada, que ha efectuado el rastreo con tecnología avanzada, a la que acusa Colombia de daños en el buque hundido, negándole el permiso para seguir rastreando los fondos marinos en sus aguas territoriales, por lo que fue la propia Colombia la que continuó con el trabajo de localización y evaluación del pecio, con sus propios medios, lo que le ha permitido anunciar su única pertenencia. 812 Junio


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