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Revista española de Defensa 325

LUNES, 1 de febrero. Recién llegado de un viaje oficial a Perú, y aún frescos los recuerdos de su visita a las tropas en Irak y Somalia, Pedro Morenés apenas dispone de dos días para atender los asuntos de gestión ordinaria en su despacho en la cuarta planta de Castellana 109. A mediados de semana volverá a hacer la maleta para volar a Ámsterdam y participar en una reunión de los ministros de Defensa europeos. Pero antes viajará a Valencia, para encontrarse con los militares del cuartel general de Bétera que lideran este año la Fuerza de Respuesta de la OTAN. En los últimos cuatro años ha viajado por medio mundo, y su agenda se ha relajado muy poco en los 43 días que lleva como ministro en funciones. «Lo que puedo hacer, lo hago con intensidad. Siempre me ha molestado perder el tiempo», asegura. Han sido cuatro años en los que las Fuerzas Armadas españolas han estado presentes en más operaciones que nunca, en muchos casos liderando despliegues de la OTAN y la Unión Europea. «Esa internacionalización ha sido el gran salto que se ha dado en la X Legislatura». Pedro Morenés afirma que se siente «muy orgulloso» del equipo de militares y civiles con el que ha trabajado estos años. «Aquí, todos luchamos por lo mismo: porque España tenga la mejor Defensa posible». —¿Qué margen de acción tiene un ministro Mi mayor preocupación ha sido la seguridad de nuestra gente en misiones de Defensa en funciones? —Las decisiones están muy limitadas a los asuntos de ejecución ordinaria, pero el Ministerio sigue con su actividad. Obviamente, la parte vinculada a la seguridad nacional no se para porque el Gobierno esté en funciones, eso es evidente. Y en cuanto a la gestión política, es decir, lo que me toca a mi, tampoco se ha parado sustancialmente, salvo en aquello que tiene que ver con propuestas legislativas o asuntos parlamentarios. —¿Tiene ahora una percepción muy diferente de la defensa de la que tenía cuando llegó al ministerio el 22 de diciembre de 2011? —Sí, tengo una percepción distinta. Yo antes había estado cuatro años de secretario de Estado de Defensa, y casi tres como secretario de Estado de Seguridad. Por lo tanto los aspectos de defensa y de seguridad los conocía bien, pero la percepción de la defensa que yo recibí en el año 2011 ha cambiado mucho, sobre todo en dos aspectos: uno, el escenario internacional en el que nos estamos moviendo ahora, que tiene que ver muy poco con aquél que yo conocí. Las Fuerzas Armadas son más conscientes de su trascendencia en la política exterior del Estado. Esa vocación internacional y expedicionaria la hemos potenciado al máximo durante estos cuatro años, con unos resultados extraordinarios: hoy, nuestras Fuerzas Armadas lideran operaciones en los ámbitos de la OTAN, la Unión Europea y bilaterales. —Usted ha conocido a fondo la milicia. En su opinión, ¿qué significa ser hoy militar en España? —Significa seguir una vocación de servicio hacia el bien general, hacia los demás, en los ámbitos nacional e internacional, con lealtad a unos valores que son inmanentes a la milicia. Ser militar es una vocación, no solamente una profesión. El mundo de hoy está demandando referentes morales, y es algo que España refleja en nuestros militares. —¿Cómo valora lo hecho en la legislatura? ¿Ha podido conseguir todo lo que se propuso hace cuatro años? —Hemos hecho (porque esto es un tema de equipo) mucho de lo que nos propusimos hace cuatro años. No todo; quedan cosas importantes por hacer. Pero lo fundamental, la estructura de lo que tienen que ser las Fuerzas Armadas del futuro, creo que está asentado. Básicamente, supone una transformación de lo operativo; empezando por la formación, las estructuras y la organización y, luego ya, en lo operativo y funcional. Y lo hemos hecho de una manera cohesionada, compartida, y con un enorme diálogo con las Fuerzas Armadas. He contado con los jefes de Estado Mayor, con el equipo de militares y civiles de esta casa, y me siento muy satisfecho, porque hemos dado un salto filosófico en el entendimiento de unas Fuerzas Armadas modernas y proyectables. Y este esfuerzo ha sido reconocido en los bancos de prueba del exterior, que son la OTAN y la defensa europea. Si no lo hubiésemos hecho bien, hoy en día no tendríamos las responsabilidades que 8 Revista Española de Defensa Febrero 2016


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