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REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES

A. R. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ desempeñando un «oficio mecánico» y por tanto de inferior consideración social. Aparte estaba la «guarnición», la llamada por entonces «gente de armas», que eran justamente soldados. Un buque de guerra no se consideraba «armado» y listo para el combate sin tener a bordo su «guarnición». Y por supuesto, el mando de la galera o el galeón lo desempeñaba un soldado, con experiencia de navegación y combate en la mar, por supuesto, pero un soldado. El «maestre», «patrón», «pilotos» o lo que fueran, intervenían solamente en la navegación normal, y los soldados se hubieran negado en principio a obedecerlos, y más en combate. Nada que ver por tanto con la situación actual, por lo que ciertas conclusiones solo pueden ser calificadas como apresuradas o poco informadas. El combate Resultaba, asimismo, que el combate naval que debían afrontar esos soldados era por completo distinto al de tierra, y requería unas tácticas, armas y organización por completo distintas, lo que exigía a su vez un entrenamiento diferente en grado sumo. Maqueta mostrando la proa artillada de una galera. (Foto: cortesía de C. Busquets). 2016 9


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