El primer pilar del plan de acción es el lanzamiento de un Fondo Europeo de Febrero 2017 Revista Española de Defensa 51 Rafa Navarro/Foto: Pepe Díaz Comisión Europea, la italiana Federica Mogherini. Una estrategia que reemplazaba a la Estrategia de Seguridad de la UE, la denominada «Estrategia Solana», publicada en 2003 y revisada en 2008, antes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009. El nuevo texto hacía hincapié en la necesidad de la cooperación al incluir como subtítulo la frase: «Una visión compartida, acción común; una Europa más fuerte». Como novedad respecto a la anterior, la Estrategia Global sí incluye varias referencias a la defensa y a la industria, y se adelantaba una posible actuación de la Unión en el ámbito de la financiación de la defensa como una necesidad imperiosa. «Los fondos de la Unión para apoyar la investigación y la tecnología en defensa, la cooperación multinacional y el máximo aprovechamiento del potencial de la Agencia Europea de Defensa, son prerrequisitos esenciales en los esfuerzos hacia una seguridad y defensa europeas sustentadas por una fuerte industria europea de defensa». El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaraba en su discurso sobre el estado de la Unión el 14 de septiembre pasado titulado «Hacia una Europa mejor. Una Europa que protege, capacita y defiende» que: «Para garantizar nuestra seguridad colectiva, tenemos que invertir en el desarrollo común de tecnologías y equipos de importancia estratégica... Para ello es necesario que los Estados Miembro cooperen más y pongan más en común los recursos nacionales», volviendo con ello a insistir en los aspectos de la financiación de la defensa europea, fuertemente afectada por la crisis económica vivida en Europa en los últimos ocho años. En el marco de la actividad relacionada con la PCSD de las instituciones europeas durante 2016, el 14 de noviembre, la alta representante presentaba el «Plan de Implementación de la Estrategia Global de la UE en Seguridad y Defensa». Un plan que, si bien se centra en los aspectos de respuesta a las crisis y a los conflictos externos, en el desarrollo de capacidades en los países socios de la UE y en la protección de la Unión y sus ciudadanos, también hace referencia a la financiación como un elemento clave. Junto a las propuestas que se detallan para, entre otras cosas, identificar las prioridades en el desarrollo de capacidades, profundizar en la cooperación en defensa, ajustar las estructuras de la Unión relacionadas con la conciencia situacional, el planeamiento y la conducción de operaciones así como con las herramientas de reacción rápida ante las crisis externas, o para maximizar todo el potencial que tiene el Tratado de la Unión, en particular en el marco de la Cooperación Estructurada Permanente, el Plan de Implementación también hacía propuestas referidas a la financiación de la defensa. En concreto se incluye la de incrementar la flexibilidad y la solidaridad financiera así como asegurar un mayor rango de opciones de financiación como parte de una aproximación más integral a los asuntos de defensa. En definitiva, se pide explorar todas las posibilidades de financiación para la defensa, incluidas aquellas que, Defensa
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 336
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