DICIEMBRE 2015 27 Los tres suboficiales y los dos caballeros legionarios que formaron parte del destacamento de transmisiones realizaron un extraordinario trabajo para desplegar y, a la vez, mantener las amplias y variadas comunicaciones. No faltó incluso, en algún momento, la colaboración de personal de otras unidades, que aunque sin conocimientos de transmisiones ayudaron en trabajos de esfuerzo físico. Digna de elogio fue también la misión realizada por los cuadros de mando de los equipos de adiestradores, adaptándose a las distintas situaciones y misiones, con el espíritu de hacer su trabajo cada día mejor y de transmitir sus conocimientos de transmisiones de la manera más eficaz posible. Tareas de mantenimiento de antena Se había comenzado una nueva misión en un país donde hacía ya casi once años se terminaba otra. Esta misión era distinta a la que en aquel momento aconteció, pero el espíritu de servicio era el mismo, un espíritu basado en el compañerismo y la disciplina, y en acudir a cualquier misión queriendo llegar los primeros, demostrando así qué pueblo es el más valiente. Estos espíritus y todos los que completan nuestro Credo Legionario se han visto representados, día a día, en el trabajo de los militares con los que tuve la suerte y el orgullo de compartir la misión. Comenzar un despliegue desde cero es todo un reto, nunca se sabe lo suficiente, nunca se intentan las cosas de más y nunca se da algo por imposible. Las transmisiones de La Legión tienen el deber y la gran responsabilidad de seguir sirviendo a los demás, tal y como reza el lema de su unidad: ¡Vivir para servir, servir para luchar y luchar hasta morir! Sí me gustaría acabar con la frase que el coronel jefe de la Agrupación, D. Julio Salom Herrera, dijo al almirante el día de su visita de inspección a Besmayah: «Almirante, las telecomunicaciones en esta Agrupación no han sido un problema». ¡A la orden!
Memorial del Arma de Ingenieros 95
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