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BOLETIN INFANTERIA MARINA 22

La flota española perdía cuatro buques y otros cuatro quedaban seriamente dañados, mil cuatrocientas ochenta hombres perecieron bajo las aguas, el "San José", el "Salvador del Mundo", el "San Antonio" y el "San Nicolás de Bari" arriaron banderas ante el enemigo; "el Pelayo" salvó al mayor buque de su tiempo el "Real Trinidad"; el resto de la escuadra entraba en Cádiz el 3 de marzo con la humillación de una derrota vergonzante. Jefes y Oficiales serían objeto de burlas y coplillas en las que se ridiculizaban MARTÍN ALVAREZ: SU VIDA... La Flota española en el Combate Naval del Cabo San Vicente su derrota. Tal fue el bochorno, que hasta los dirigentes de la República Francesa solicitaron del Príncipe de la Paz, don Manuel Godoy, castigo para los responsables del descalabro. El Comandante General de la Escuadra, don José de Córdoba y Ramos, fue sometido a consejo de guerra y duramente castigado, así como su segundo y los Comandantes del "Atlanta", el "Glorioso", el "San Francisco" y el "San Genaro". Todos fueron degradados por su falta de pundonor, desobediencia y poco espíritu militar. Nelson comentaría: "vemos a las damas paseando por las murallas y alamedas, y sabemos cómo ridiculizan a los oficiales de marina". La batalla de San Vicente se puede considerar la segunda gran derrota de la Armada española de la época, después del desastre de Trafalgar. En este combate se hizo famoso un joven oficial inglés por sus arriesgadas maniobras y su facilidad en desobedecer órdenes: Horacio Nelson. Esta batalla supuso el principio del sometimiento de España a las grandes potencias europeas y el desmantelamiento de los restos de su imperio. Pero no todo fueron acciones desastrosas por parte de las fuerzas españolas en medio de la tragedia que se avecinaba. Entre todos los héroes de la jornada, que fueron muchos, destaca la figura de un soldado de marina, el granadero Martín Álvarez. Martín Álvarez Galán nació el 23 de febrero de 1766, en la Villa de Montemolín (Badajoz), hijo de Pedro Álvarez y Benita Galán. De pequeño, su madre solía contarle historias protagonizadas por su abuelo, que llegó a ser sargento en las tropas de Felipe V y que perdió un brazo por un tiro de arcabuz de un inglés después de haber capitulado en la toma de Badajoz, ocupada por los ingleses, portugueses y austriacos; estas historias influyeron profundamente en su carácter, cogiendo un odio irreconciliable hacia los ingleses. BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 57


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