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AEROPLANO 29

Después de la intensa y brillante actuación de la Aviación Militar española durante la llamada “Operación de Desquite”, que finalizaba a comienzos del otoño de 1923 y con la cual las fuerzas españolas habían recuperado todas las posiciones españolas perdidas tras la triste retirada de Anual en 1921, el líder rifeño Abd-el-Krim intentó levantar el ánimo de sus harkas divulgando informaciones de que iba a disponer de aeroplanos capaces de bombardear las posiciones españolas. La Comandancia Militar de Melilla no hizo oídos sordos a los rumores que provenían de las kábilas marroquíes y por medio de sus confidentes tuvo noticias que en 1921 Abd-el-Krim había adquirió tres aviones tipo Durall o Potez-15 en Argelia que, pilotados por un mercenario francés, llamado Periel y dos bosnios podrían en su momento bombardear Melilla y el Peñón de Alhucemas. Parece ser, sin datos no fielmente confirmados, que el líder del Rif tenía tres aviones más que había tomado a los españoles después de otros tantos aterrizajes forzosos. Los aviadores españoles efectuarían números vuelos de reconocimiento intentando localizar los aparatos y por fin el 22 de marzo de 1924 varias fotografías aéreas demostraron la existencia de un solo aeroplano en una excavación, próxima a una pista que se estaba terminando 81 de aplanar y protegida por varias ametralladoras. Varios aviones militares españoles realizaron al día siguiente de su localización un duro ataque, tanto con bombas como con ametrallamiento, contra el emplazamiento del aeroplano de Abd-el.Krim, siendo alguno de ellos alcanzados por el fuego de las ametralladoras enemigas, si bien ninguno fue derribado,. En la acción se distinguió el teniente aviador Juan Antonio Ansaldo Vejarano, Auditor del Cuerpo Jurídico Militar, por cuyo heroico comportamiento le sería concedida la Cruz Laureada de San Fernando. La Real Orden de 7 de diciembre de 1926 que dispuso la concesión de tan preciada recompensa al teniente Ansaldo, señalaba lo siguiente: “El 23 de marzo de 1924 salió del aeródromo de Tahuima con dirección a Tizzi Moren pilotando el avión Havilland número 51, a fin de destruir otro aeroplano enemigo que había sido descubierto el día anterior en este último punto, sacar fotografías de los efectos sufridos por el bombardeo y, en último término, bombardear la casa de Abd-el-Krim y los poblados cercanos de Bocoya o Beni Urriagel. Descubierto el aparato enemigo se arrojaron bombas desde una altura de unos 50 metros en las ocho pasadas dadas por encima del blanco… Después de haber inutilizado el aparato descubierto, fue el Teniente Auditor Ansaldo herido gravemente por un proyectil enemigo en la pierna izquierda; no obstante, conservó la dirección del aparato e hizo señas al observador del mismo para que se hiciera cargo de los mandos mientras él se vendaba y para que le dijese si había más bombas que arrojar. Recibida contestación afirmativa e indicación de la casa de Abd-el-Krim, se dirigieron a ella, reduciendo Ansaldo los gases, arrojando las dos últimas bombas que le quedaban. Realizado el cometido que se le confió, con extraordinario valor militar y técnico, recuperó el piloto del Havilland los mandos del aparato y aterrizó normalmente sin que éste sufriera avería ni desperfecto alguno”. Terminada la Campaña de Marruecos, fue ascendido a capitán en 1927 y al llegar la República pidió la baja del Ejército. Participó activamente en la preparación del Alzamiento Nacional de 1936 y cuando el 20 de julio despegaba desde un campo improvisado en Cascaes, próximo a Lisboa, para trasladar al general Sanjurjo a Burgos para que asumiese el mando de los militares sublevados, sufrió un accidente en el que murió el general, resultando el capitán Ansaldo con heridas y quemaduras de importancia. Durante la Guerra Civil tuvo una activa participación y prueba de ello es que al terminar el año 1936 había realizado 135 misiones de guerra. Por su destacada actuación durante la contienda le sería concedida, en 1941, la Medalla Militar individual. En el año 1940 fue designado agregado aéreo a las Embajadas de España en Londres y París. El 20 de abril de 1954 Juan Antonio Ansaldo murió en la localidad francesa de San Juan de Luz. Juan Antonio Ansaldo Vejarano


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