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AEROPLANO 29

82 José María Gómez del Barco En las primeras semanas del verano de 1924, nuevamente la rebeldía se extendía por la zona occidental de Marruecos, por lo que el Mando español decidió que se replegasen las posiciones más avanzadas. Durante esta retirada controlada la Aviación tuvo que realizar un esfuerzo muy intenso para proteger a las guarniciones que se replegaban, que se defendían con gran valor y heroísmo de los ataques de un enemigo bien armado. La situación en la línea del río Lau era muy grave y solamente en el apoyo a Koba Darsa 5 aeroplanos fueron derribados, pero finalmente se pudo romper el cerco y las fuerzas de refuerzo pudieron entrar en la posición. Pero la posición de Solano, cercada, estaba al límite de su resistencia y sus hombres se quedaron sin agua. Para abastecerles de la misma, el 21 de agosto de 1924, despegó del aeródromo de Sania Ramel, próximo a Tetuán, una escuadrilla de Breguet XIV al mando del capitán Capaz con la misión de arrojar barras de hielo sobre la posición y al mismo tiempo garantizar su protección. Las barras de hielo, dentro de sacos, era la forma de abastecer de agua desde el aire. El Breguet número 114 responsable de proteger al del jefe de la escuadrilla en su misión de lanzamiento, iba pilotado por el cabo José María Gómez del Barco y llevaba como observador al alférez Felipe Iruretagoyena. Cuando los aeroplanos llegaron sobre Solano, Gómez del Barco comenzó a ametrallar las trincheras desde donde los rifeños atacaban a los soldados españoles, siendo a su vez atacado por el fuego de fusilería y ametralladora del enemigo. El piloto entonces descendió disparando en vuelo rasante para atraer los disparos de los moros, siendo su avión alcanzado varias veces por los proyectiles enemigos, pero mientras tanto el capitán Capaz pudo lanzar las barras de hielo. Pero en estas pasadas Gómez del Barco recibió un disparo en la sien cerca del ojo izquierdo y casi de seguido otro le atravesaba el hombro derecho, sin embargo el joven aviador a pesar de las graves heridas y del dolor mantuvo su apoyo de protección al Breguet de su jefe que pudo terminar su cometido sin ser alcanzado por el fuego enemigo. El alférez había autorizado al cabo aviador que regresara al aeródromo, pero éste se negó a hacerlo hasta que el capitán le indico que la misión había concluido con éxito, recuperándose Gómez del Barco en Sania Ramel con toda seguridad, aunque poco después hubo que ser sacado del aeroplano desvanecido y muy desangrado. Por su conducta tan heroica, en la Orden de la Jefatura de Aviación del 26 de agosto, se publicó un artículo único, en el que se narraba su comportamiento y se solicitaba del comandante general del territorio su ascenso al empleo superior y se le proponía para la Cruz Laureada de San Fernando. José María Gómez del Barco nació en Valladolid el 19 de marzo de 1901 y tras terminar el Bachillerato y el primer curso en la Facultad de Medicina, decidió dedicarse a la mecánica. En 1922 se presentó voluntario en Ingenieros para el Servicio de Aviación y después del período de instrucción en Cuatro Vientos, solicitó ser trasladado a las escuadrillas de Marruecos, incorporándose al aeródromo de Nador donde fue ascendido a Cabo. En el año 1923 realizó prácticas de vuelo en el aeródromo burgalés de Gamonal como alumno piloto y posteriormente continuó las mismas en Cuatro Vientos, obteniendo el título de piloto militar en mayo de 1924. El flamante Cabo aviador consiguió ser destinado como tal al aeródromo tetuaní de Sania Ramel, donde pronto se distinguió por su habilidad para el vuelo, valor y serenidad, prueba de ello fue que tres meses más tarde realizaría la hazaña por la que se le concedería la Laureada por Real Orden de 26 de octubre de 1925 y que le sería impuesta en Tetuán por el también laureado general Sanjurjo, alto comisario y jefe del Ejército de España en África. Ascendido a a suboficial, al terminar la Guerra de Marruecos Gómez del Barco fue destinado a Cuatro Vientos y ascendido a alférez en 1928. Al producirse el alzamiento militar en 1936 se negó para volar con la Aviación republicana por lo que fue arrestado en su domicilio, encontrándose su cadáver en la carretera de Aravaca, asesinado en la madrugada del 18 de septiembre de 1936, al parecer por elementos incontrolados.


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