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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 318

tercio de la población está bajo el umbral de la pobreza y el crecimiento del PIB es insuficiente para potenciar la agricultura y la industria y mitigar los altos índices de paro. «La agricultura y la industria, verdaderas locomotoras de la economía kosovar en los años 80, languidece», afirma el economista y profesor Alejtin Berisha del Universum College de Kosovo. Aun así, hay algunos signos positivos. Nuevas empresas se crean cada año y desde la independencia la comunidad internacional ha invertido mucho en programas de formación para pequeñas y medianas empresas. Una actividad que los más optimistas esperan ver pronto dar fruto. A los problemas mencionados se añaden dos rémoras adicionales: la prolongada presencia internacional, que suele tener la última palabra en los asuntos importantes, y el estancamiento político análisis internacional el país dependa de las importaciones y favorece la corrupción. Aun así, la condición de Kosovo como Estado independiente está garantizada, pero la normalización internacional completa y la pertenencia a organizaciones claves, como la ONU o la UE, parecen todavía lejanas. La élite guerrillero-política albanokosovar, que focalizó el deseo independentista en las últimas décadas del siglo XX, ha perdido prestigio, aunque sigue contando con numerosos seguidores. Pero la independencia no ha logrado evitar que Kosovo sea un país de futuro dudoso y un Estado sui géneris en el concierto internacional. Las perspectivas son poco halagüeñas y los principales problemas siguen vigentes: desempleo, ineficiencia burocrática, escasez energética, servicios sociales escasos y delincuencia. El crimen organizado La misión de la OTAN desplegada en 1999 permitió pacificar el país es poderoso y controla redes de tráfico de armas, drogas, órganos y seres humanos, pero solo un pequeño porcentaje de los casos de corrupción llegan a los tribunales. Los datos macroeconómicos confirman la mala situación. Las inversiones escasean, la balanza comercial es deficitaria, la deuda pública crece, un Presencia internacional La Fuerza multinacional de Kosovo (KFOR), liderada por la OTAN y desplegada desde 1999 en el territorio kosovar para contribuir a la paz y estabilidad de la zona, fue creada por la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, y estuvo compuesta en su inicio por 50.000 militares de más de 30 países (entre ellos España) bajo mando y control unificados. A principios de 2002 sus efectivos humanos se redujeron a 39.000 y en la actualidad su número se ha rebajado a unos 5.000. Después de la declaración unilateral de independencia en febrero de 2008, la OTAN reafirmó que la KFOR permanecería en Kosovo hasta que el Consejo de Seguridad decidiera otra cosa. En junio de ese mismo año la OTAN asumió nuevas tareas en Kosovo que incluían la creación de la Fuerza de Seguridad de Kosovo (KSF), con efectivos similares a los de una brigada dotada de armas ligeras, para apoyar en situaciones de crisis y asistir a la autoridad civil en desastres naturales y otras emergencias. Con el tiempo, al mejorar la situación de seguridad en la zona, la OTAN ha ido reajustando los efectivos de la KFOR hasta reducirlos drásticamente, con más medios de inteligencia y flexibilidad operativa y menos tareas estáticas. En la actualidad, la KFOR incluye tropas de Albania, Armenia, Austria, Bulgaria, Canadá, Croacia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Luxemburgo, Moldavia, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y Ucrania. Además de la KFOR, en Kosovo actúa la misión civil EULEX de la Unión Europea (European Union Rule of Law Mission), compuesta por unos 2.300 efectivos, entre policía y personal judicial. Está plenamente autorizada a investigar, procesar y detener a presuntos criminales de guerra y delincuentes relacionados con la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado. También hay una delegación de la Unión para coordinar las ayudas dedicadas al desarrollo. Desde 1999, Kosovo ha recibido más de 2.000 millones de euros de fondos europeos. En mayo de 2013 la EULEX detuvo a cinco antiguos oficiales del ELK, colaboradores del primer ministro Hashim Thaçi, acusados de crímenes de guerra contra serbios y albaneses entre 1998 y 1999. Desde el comienzo de la misión de la UE más de 500 sospechosos han comparecido ante los jueces Pepe Díaz internacionales y más de 350 fueron condenados, pese a lo cual quedan muchos casos judiciales por resolver y siguen todavía en curso importantes investigaciones por el tráfico de órganos humanos durante la guerra de Kosovo. El gobierno de Pristina, algunos de cuyos miembros han quedado salpicados en este siniestro asunto, ha pedido hacerse cargo de toda la policía y la judicatura en Kosovo, algo a lo que se opone Bruselas, que considera la misión EULEX necesaria. 58 Revista Española de Defensa Junio 2015


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