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BOLETIN INFANTERIA MARINA 19

HISTORIA APUNTES SOBRE LAS OPERACIONES… dominaba el puerto; además, buques ingleses y españoles la apoyaban por mar. Los británicos realizaron un desembarco en apoyo de la defensa en Llansá, al norte de Rosas, para atacar del revés a los sitiadores, batiendo y capturando varios buques enemigos que allí habían buscado protección, pero sin que lograran hacer levantar el cerco. En la zona de Rosas fue desembarcado también un destacamento de unos 300 hombres para auxiliar la defensa de la plaza, pero la reacción enemiga les obligó pronto a reembarcar y el sitio continuó. Más adelante, tuvo lugar un nuevo desembarco desde los buques británicos y españoles, fuerte de unos 400 hombres, para atacar las baterías que martilleaban el fuerte de la Trinidad, pero fueron nuevamente rechazados. Con ocasión de un fuerte temporal de tramontana se llevaron a cabo más desembarcos, consiguiendo al fin reforzar la plaza con varios cientos de hombres y el castillo de la Trinidad con una compañía de fusileros. Los buques ingleses y españoles aprovechaban sistemáticamente las noches para evacuar a los heridos y enfermos y aprovisionar a los combatientes. En diciembre, pese a todos los esfuerzos, capituló la plaza al haber perdido la esperanza de ser socorrida por la división del general Álvarez de Castro, rechazada en la línea del Fluviá; en la defensa murieron 300 hombres de los 2.500 que la guarnecían, quedando la mayoría de los supervivientes prisioneros. Sin embargo, la guarnición hispanoinglesa del castillo de la Trinidad pudo ser evacuada bajo presión por mar, volándolo después. A partir de ahí, ya pocas fuerzas españolas impedirían al general Saint-Cyr avanzar hacia Gerona. En el sitio de Zaragoza, algunas chalupas cañoneras de la defensa (también llamadas lanchas de fuerza), mandadas muchas de ellas por oficiales de marina procedentes de Cartagena, que habían sido encuadrados en los regimientos de infantería de Murcia, artilleros y, en ses emplazaron su artillería para reducirlo. ocasiones, soldados de infantería de marina10 –junto con artilleros e ingenieros del Ejército-, operan en el Ebro y el Gállego, e incluso por el Canal Imperial de Aragón entre Zaragoza y Tudela, en apoyo de los defensores11, realizando misiones de apoyo de fuego, hostigamiento y acoso a las líneas francesas. En el Mar da Palha, junto al estuario del Tajo, frente a Lisboa, se activaron durante toda la guerra flotillas de cañoneras inglesas y portuguesas para dar seguridad contra un ataque del revés a las líneas de Torres Vedras, así como permitir enfrentarse a la artillería gala si los invasores llegaban hasta la orilla sur del río. 1809. El ejército de Moore consigue llegar con importantes pérdidas a Vigo y La Coruña perseguido por 10 Viqueira Muñoz, José E. Correspondencia privada. De la Compañía de Granaderos procedente de Madrid que, al inicio de la guerra, fue incorporada al Ejército de Murcia en Molina de Segura. Sus miembros formaron parte en ocasiones de las dotaciones de las lanchas cañoneras y sirvieron en algunas de las baterías de defensa más comprometidas de Zaragoza, mandadas también por oficiales de Marina. 11 Viqueira Muñoz, José E. La Marina en el segundo sitio de Zaragoza. Revista de Historia Naval, 2010, pp 7-34. Soult. A mediados de enero tiene lugar la batalla de Elviña, que es simultánea al embarque bajo presión del ejército expedicionario británico en la bahía de La Coruña, donde el general inglés libra junto con tropas españolas y apoyado por ellas – algunas son infantes de los batallones de marina-, una dura batalla contra las tropas del mariscal francés para conseguir embarcar a sus hombres. En la acción muere el general Moore y también su segundo, el general Baird. Se encomienda nuevamente a Wellesley el mando del ejército británico en la Península. La Coruña cae en manos francesas y le sigue Ferrol a los diez días, después de haber resistido las embestidas imperiales durante casi una semana. Los vencedores lograron apoderarse de siete navíos, tres fragatas y buques menores, con 1.500 cañones y abundante munición que el almirante Mazarredo, Ministro de Marina de José I, no consintió que se los llevaran a Brest. Una vez que Napoleón hubo abandonado la península, Wellesley desembarca otra vez en Lisboa con 12.000 hombres; éstos, junto con los 20.000 ingleses que ya estaban en la capital y los 16.000 portugueses integrados en sus unidades hace que sus fuerzas se eleven a unos 48.000 efectivos, que van en aumento. Forti 60 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA


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