El año 2020 será recordado por generaciones futuras por las extraordinarias circunstancias y penalidades que sufrió y superó España, y el mundo, golpeados por la pandemia del coronavirus. Fue la primera ocasión en nuestra historia reciente en que los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas salieron de sus cuarteles a las calles para contribuir a paliar una crisis sanitaria semejante a la padecida cien años atrás.
El 29 de mayo, víspera de la festividad de San Fernando, patrón, entre otros, de los ingenieros militares, su majestad quiso poner la primera piedra de un cuartel que llevaría el nombre de su hijo mayor, y que constituiría el primero de los nuevos acuartelamientos que pretendían mejorar las condiciones de vida de los militares y optimizar espacios y superficies para un Ejército más moderno y efectivo. Esa era la primera piedra del Cuartel «Infante Don Juan».